A tres años de los sismos de 2017, aún tenemos escuelas que siguen sin concluir sus procesos de reconstrucción y hay niños que deberán volver a clases presenciales en aulas prefabricadas, denunciaron maestros de Oaxaca y la Ciudad de México.

Destacaron que muchas de las empresas constructoras dejaron de laborar porque no se realizaban los pagos correspondientes y por meses se dejaron en obra negra o a medias la demolición de muchos planteles.

En entrevista por separado, Wilbert Santiago, vocero de la sección 22 de Oaxaca, y Roberto Gómez, integrante de la dirección política de la sección 9 de Ciudad de México, destacaron que tan sólo en la región del Istmo de Oaxaca hay un avance de 65 por ciento en las más de 2 mil escuelas dañadas, y al menos 11 planteles de la capital del país no han concluido su reconstrucción.

Coincidieron en que la infraestructura escolar aún es una agenda pendiente, ya que año con año no sólo afrontamos sismos, también inundaciones y deterioro de todas las instalaciones.

En la región del Istmo, una de las zonas más afectadas por los sismos de septiembre de 2017, tuvimos más de 2 mil escuelas dañadas y las empresas constructoras contratadas por el estado constantemente abandonaban las obras, lo que hizo aún más prolongado el proceso y a tres años de los sismos siguen pendientes de reparación muchas escuelas, lo que ha sido una demanda constante del magisterio oaxaqueño, enfatizó Santiago.

Pedro Hernández, secretario general de la sección 9 de la Ciudad de México, destacó que en la capital del país aún tenemos 11 escuelas con diversas afectaciones que siguen sin concluir su reparación o reconstrucción, a lo que se suma los problemas generales de manteniemiento y deterioro de infaestrcutura escolar de muchas escuelas, pues en promedio tienen más de 30 años de edificadas y con muy poco mantenimiento.

Roberto Gómez destacó que al menos tres planteles capitalinos, las primarias Paula Alegría y Estado de México y la secundaria Luis Pasteur permanecen en obras, por lo que el regreso a clases presencial, de concretarse en los próximos meses, se dará en aulas prefabricadas, porque las obras de reparación o reconstrucción no han concluido.

Los docentes destacaron que tanto la administración federal pasada como la actual han sido omisas en atender los problemas de fondo en materia de infraestructura escolar, que no es sólo atender las escuelas dañadas por los sismos, sino garantizar que cuenten los planteles con las condiciones mínimas de seguridad.

La pandemia del Covid-19, afirmaron, sólo hizo más evidente el enorme rezago que existe para garantizar condiciones de seguridad estructural, pero también de saneamiento e higiene, pues una de las principales carencias es el acceso a agua potable de calidad y sanitarios.