Martes 15 de septiembre de 2020, p. 23
Londres. El primer ministro británico, Boris Johnson, ganó ayer la primera de varias votaciones en el Parlamento sobre su plan para socavar el acuerdo del Brexit, pero se enfrenta a una rebelión creciente entre los legisladores que dicen que violar el derecho internacional empañaría la reputación de Reino Unido.
Johnson, quien cuenta con mayoría de 80 escaños en la Cámara de los Comunes, ganó la llamada segunda lectura del proyecto de ley de mercado interno por 340 votos a favor por 263 en contra. La iniciativa sancionada modifica disposiciones del acuerdo del Brexit, en vigor desde enero, es rechazada por el bloque europeo y pone en peligro la actual negociación comercial.
La Unión Europea (UE) afirma que el plan de Johnson hará naufragar las conversaciones comerciales y llevará a Reino Unido a un Brexit desordenado, mientras ex líderes británicos han advertido que violar la ley es un paso demasiado extremo que dañará la imagen del país.
Sin embargo, Johnson argumentó que era esencial contrarrestar las amenazas absurdas
de Bruselas, entre las que se incluyó el hecho de que Londres levante barreras comerciales entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte e imponga un bloqueo alimentario, medidas que, según dijo, amenazaban la unidad de Reino Unido.
La UE todavía no ha retirado este revólver de la mesa
, comentó Johnson antes de la votación. Lo que no podemos hacer ahora es tolerar una situación en la que nuestros colegas de la UE crean seriamente que tienen el poder de dividir a nuestro país
.
La UE ha exigido a Reino Unido que deseche partes centrales del plan para finales de septiembre o no habrá un tratado comercial a fin de año.
Para respaldar su mensaje, la Comisión Europea ha retrasado una decisión sobre la posibilidad de que las transacciones en euros para los clientes de la UE puedan seguir siendo liquidadas y compensadas en Londres, declaró a Reuters una fuente del sector de los derivados.
Los cinco ex primeros ministros británicos vivos –John Major, Tony Blair, Gordon Brown, David Cameron y Theresa May– se declararon contra una violación del derecho internacional, que dañaría la reputación del país e incomoda a muchos legisladores del Partido Conservador de Johnson.
Westminster recuerda así los tiempos de la insurrección conservadora contra el gobierno por el acuerdo con Bruselas, pero la situación ahora es diferente: Johnson tiene una aplastante mayoría que le permite perder hasta 40 votos en sus filas.
Al menos una docena de legisladores conservadores expresaron su rechazo, desde el ex fiscal general Geoffrey Cox hasta el ex ministro de Finanzas e Interior Sajid Javid.