Brasilia. La economía de Brasil sufrió en el segundo trimestre la mayor contracción de su historia, debido a que las medidas de confinamiento por el coronavirus frenaron la actividad en casi todos los sectores, arrastrando a la mayor economía de América Latina de vuelta al tamaño que tenía en 2009.

La pandemia provocó una caída de 9.7 por ciento en el producto interno bruto (PIB) respecto del trimestre anterior y un descenso de 11.4 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado, informó ayer la agencia gubernamental de estadísticas IBGE.

La economía de Brasil entró técnicamente en recesión, al sumarse la caída de 2.5 por ciento durante el primer trimestre y acumular dos trimestres consecutivos a la baja.

El PIB brasileño llegó al mismo nivel que tenía a finales de 2009, en pleno auge de los impactos de la crisis global provocada por la oleada de quiebras en la economía de Estados Unidos, apuntó el IBGE.

La contracción reportada ayer es la mayor para un trimestre desde 1996, cuando comenzó la serie. La caída de la actividad fue en prácticamente todos los sectores: la industria cayó 12.3 por ciento, los servicios 9.7 por ciento, la inversión en activos fijos descendió 15.4 por ciento, el consumo de los hogares –que representa dos tercios de toda la actividad económica de Brasil– se derrumbó 12.5 por ciento, y el gasto del gobierno se redujo 8.8 por ciento.

Sólo la agricultura se expandió 0.4 por ciento en el trimestre, impulsada por la producción de soya y café.

La economía de Brasil es ahora 15 por ciento más pequeña que en su punto más alto en 2014.

Brasil es el segundo país más afectado por la pandemia de Covi-19, con 3.9 millones de contagios y más de 121 mil muertes, detrás de Estados Unidos, y sigue registrando más de 800 decesos por día.

El gobierno apuesta por un rebote de la actividad en la segunda mitad del año, para cerrar 2020 con una contracción de 4.7 por ciento, y proyecta un crecimiento de 3.2 por ciento en 2021.

Carlos Kawall, director de ASA Investments y ex secretario del tesoro, dijo que es improbable que la economía de Brasil vuelva a niveles previos a la pandemia antes de 2023.

Destruidos, unos 9 millones de empleos

Desde abril, bajo fuerte presión política y social, el gobierno aprobó el pago de un subsidio mensual de 600 reales (110 dólares), que puede llegar a mil 200, en ciertos casos, para 66.4 millones de brasileños, casi un tercio de la población, paliando así la destrucción de unos 9 millones de empleos.

Esa medida consiguió temperar el derrumbe, si se compara con el de otros países de la región como México, con una contracción de 17.1 por ciento en el segundo trimestre, y Chile, con una caída de 13.4 por ciento o el de economías desarrolladas como Reino Unido (con caída de 20.4 por ciento), España (18.5 por ciento) y Francia (13.8 por ciento).