El saldo de la balanza comercial durante julio resultó en un superávit de 5 mil 799 millones de dólares, el más alto desde 1991, cuando inicio el registro, y demuestra la debilidad histórica de la economía mexicana. La cifra se acompaña de una contracción del comercio exterior de 17.62 por ciento, respecto al año pasado, según el reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El organismo expuso que las exportaciones cayeron 8.9 por ciento, respecto a julio de 2019, y las importaciones lo hicieron 26.1 por ciento. Este desempeño en bienes y mercancías que el país compra del extranjero reflejan que la actividad económica en México tendrá una recuperación más lenta de lo que se tenía contemplado, según analistas económicos.

Datos desconcertantes

Marcos Arias de Grupo Monex calificó como desconcertantes los datos de balanza, debido a que el consenso de analistas tenía previsto un superávit 30 veces menor, es decir de 175 millones de dólares. Al final, el dato que dio a conocer Inegi implica, en lo que va del año, un saldo acumulado de 8 mil 622 millones de pesos en la balanza comercial.

Aunque este balance podría mejorar las expectativas para el peso mexicano, en el fondo el resultado es preocupante, pues el superávit es producto de la debilidad extrema en la que permanecen las importaciones, que también son una variable clave para medir el funcionamiento doméstico de la economía, subrayó.

El Inegi reportó que el valor de las importaciones fue de 29 mil 864 millones de dólares, es decir, perdió un cuarto del valor reportado en julio de 2019. Cayeron 44.4 por ciento las mercancías petroleras. Las no petroleras lo hicieron en 24.1 por ciento. Los bienes de consumo 39.3 por ciento, que los ubicó casi un tercio por debajo de su nivel precrisis.

Además, los bienes intermedios cayeron 25 por ciento y los bienes de capital 15.9 por ciento, también a tasa anual. El comportamiento de estos últimos evidencia de que aún predomina un ambiente de incertidumbre para la inversión, detalló Gabriela Siller directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.

Por su parte, las ventas del país sumaron 35 mil 662 millones de pesos. Las exportaciones petroleras se desplomaron 36.5 por ciento, respecto a julio de 2019. Simultáneamente, las ventas de mercancías no petroleras cayeron 7.2 por ciento, y entre éstas sólo las derivadas de la minería no petrolera aumentaron 3.7 por ciento al compararse con el año pasado.

Si bien las exportaciones aún se encuentran por debajo de lo reportado el año pasado, dada la rápida recuperación que se ha visto en el sector en comparación con el consumo, la inversión y el gasto público, consideramos que la tendencia se revertiría rápidamente en lo que resta del año. Para el caso de las importaciones, la perspectiva es diferente y dado el estancamiento que presentan no llegarían a superar una participación de 35 por ciento del producto interno bruto (PIB) a corto plazo, agregó Arias.