Después de 20 años de dar la pelea, el pugilismo femenil en México parece estancado. Las deportistas trabajan duro y mejoran, pero siguen lejos de los salarios justos. Las rivales son las mismas; los escenarios, los de siempre, y se repite la afición, considera la ex campeona mundial Yéssica Kika Chávez.

Mientras en Estados Unidos hay un crecimiento inédito del boxeo femenil, en México las peleadoras están aisladas, con las consecuencias comerciales y deportivas que se derivan, plantea Kika.

Tristemente, después de 20 años de trabajar a contracorriente, el boxeo de mujeres en México sigue relegado, tanto económicamente como en proyección internacional, precisa Kika. Es falta de visión de los promotores en México. Las peleadoras terminamos boxeando siempre con las mismas, en los sitios de siempre y ante la afición que se repite, así no pueden crecer las deportistas ni el boxeo de mujeres mexicano.

El mercado estadunidense fue reacio al boxeo de mujeres. Pero en tiempo reciente ha cobrado importancia y protagonismo, apoyadas por promotores que descubren una variante del espectáculo y que tiene buena aceptación en los consumidores de aquel país.

Hace tiempo, boxeadoras estadunidenses venían a México para tener actividad. Ahora, las pugilistas del país están impacientes por entrar en ese mercado, donde los salarios son más altos y la promoción es mayor.

En el recién publicado listado de una cadena deportiva internacional con las 10 mejores peleadoras del mundo, sólo aparece una mexicana, la campeona mundial gallo del CMB, Mariana Juárez.

Históricamente, los promotores estadunidenses han mostrado respeto por los peleadores mexicanos por el espectáculo garantizado que ofrecen. Kika desea apelar a esa tradición y demostrar que las mujeres de este país también pueden ser garantía de combate y orgullo.

Estoy en negociaciones para un posible debut en Estados Unidos, revela Kika. Esta puede ser la única llave para abrir esa puerta. No puedo desaprovecharla. Además en el boxeo de mujeres en México lo que hace una, lo hace por las demás. La puerta puedo abrirla para mis compañeras.