Superó por tres días a sudcoreana
Martes 18 de agosto de 2020, p. a12
A los alpinistas los llaman conquistadores de lo inútil. No ganan nada por ascender sobre superficies hostiles y vertiginosas, nadie los recibe al llegar a una cima y siempre están acompañados por la muerte. La elección de este oficio, que algunos comparan con una religión, es insondable. La montañista mexicana Viridiana Álvarez lo entendió pronto aun cuando llegó tarde al alpinismo: empezó a los 30 años de edad, pero hace unos días, cuando tiene 37, fue reconocida con el Récord Guinness por ser la mujer que ha subido tres cimas en el menor tiempo registrado.
Lo obtuvo por montañas que tienen aura de leyenda. En mayo de 2017 subió al Everest, el pico más alto del mundo con 8 mil 611 metros. En julio de 2018 conquistó en su primer intento el K2, un pico que además de ser considerado el más mortal de todos, difícilmente se logra en la primera expedición. Y apenas en mayo de 2019 llegó a la cumbre del Kangchenjunga, el 15 de mayo, el día del cumpleaños de Viridiana.
No había planeado este récord
, cuenta Álvarez; empecé de manera instintiva en el alpinismo y después de subir el Everest por primera vez, me seguí con otra montaña y luego otra hasta que llegué adonde estoy hoy
.
La mayoría de los alpinistas míticos relatan en sus memorias cierto destino de origen. Muchos crecieron rodeados de cordilleras, montañas temidas y con tradición de generaciones de escaladores. Viridiana creció lejos de cualquier elevación en Aguascalientes. Por eso sus conquistas tienen algo de arrojo, pero también de fortuito y buena fortuna.
El año pasado, cuando iba a subir Kangchenjunga alguien me dijo de pronto que si lo conseguía antes del 17 de mayo, estaría imponiendo un Récord Guinness. Yo jamás había pensado en ello. Y mientras esperaba la oportunidad climática para el ascenso, la oportunidad se abrió el 15 de mayo, día de mi cumpleaños. Así fue como lo conseguí
.
La marca de Álvarez es de tres cimas conseguidas en un año y 364 días. El anterior registro era de una sudcoreana, con tres días más que la mexicana. Estas hazañas, sin embargo, no encuentran el júbilo de todos los compañeros de oficio. La comunidad de montañistas internacionales puede ser muy solidaria, pero también muy competitiva y celosa.
Una mujer mexicana que llega de pronto y conquista cumbres complejas y legendarias no deja buen sabor a todos. Algunos la criticaron porque –según sus interpretaciones– Viridiana siempre sale sonriente en sus fotos de montaña, como si se tratara de algo frívolo o sencillo. Le censuraban no mostrar ese costado terrible que acompaña a los alpinistas: el frío insoportable, las jornadas de fatiga, la carencia de oxígeno, el dolor, el peligro.
Decían que si sonreía no mostraba el sufrimiento del alpinista
, relata; pero yo no quiero victimizarme en la montaña. Quiero decirle a quien me escuche que a pesar de las condiciones en las que vivimos, del lugar donde surgimos, podemos tener metas grandes que parecen una locura
.
Hay algo de iconoclasta en la biografía de montaña de Viridiana. Es una mujer mexicana, latinoamericana que derriba inercias, pensamientos negativos, que a pesar de una carrera breve consiguió lo que muchos han intentado sin éxito. Eso, recalca, es lo que quiere compartir con todos los montañistas a quienes respeta y también a nuevas generaciones, a las que quisiera ofrecer otro tipo de referentes.