La Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (Umffaac) y la organización Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología (Proccyt) demandaron que mientras se encuentran alternativas al uso de glifosato, se renueven los permisos de importación del herbicida, y criticaron la actitud de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la cual, sostuvieron, está frenando la entrada del agroquímico al país.

En entrevista con La Jornada, Luis Eduardo González Cepeda, vocero de la Umffaac, expuso que la Semarnat está tomando una decisión unilateral, porque los permisos de importación y los registros de estos productos se dan por varias secretarías. Interviene la Secretaría de Salud, que vigila que la información y los estudios toxicológicos correspondan a la molécula, y que estén de acuerdo con las condiciones y normatividad mexicanas; la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, que a través del Senasica verifica la efectividad biológica de este producto, la Secretaría de Economía y la Semarnat. Todas las demás dijeron sí, la única que dijo que no fue la Semarnat.

En ese mismo sentido, el Consejo Nacional Agropecuario advirtió que las reservas de glifosato se están acabando en el país, sin que haya una alternativa, y descartó que una opción amigable con el medio ambiente sea la utilización de maquinaria, pues esa práctica contribuye al calentamiento global.

González Cepeda criticó la recomendación del uso de maquinaria para quitar las malezas en los campos de cultivo. A nivel internacional lo que se trata es de evitar el uso de maquinaria porque es muy dañina para el suelo. El uso de maquinaria rompe la estructura natural del suelo, afloja el suelo y esto provoca grandes erosiones, empobrece el terreno agrícola. Por esto se inventaron los controles químicos de maleza.

Aseguró también que erróneamente se ha dicho que esta molécula (el glifosato) penetra en la planta, entonces aparece después en los alimentos. Esto es falso, la molécula se aplica a las malezas, no a los cultivos, no puede tocar el cultivo, porque si lo toca lo mata, se usa sólo en la maleza cuando ésta muere, se descompone en materia orgánica y la molécula desaparece.

De acuerdo con dichas agrupaciones, la Semarnat está dinamitando la producción de alimentos en el campo nacional, colocando a este sector al borde de una crisis sin precedente que derivará en desabasto, alza de precios y que millones de mexicanos sufran hambre.