Ningún deporte se salva de los efectos de la pandemia, señala Pedro Santamaría, presidente de la Federación Mexicana de Pelota Vasca, cuyos practicantes de ocho modalidades enfrentan distintos escenarios.

El medallista olímpico de exhibición en frontón a mano en Barcelona 92, planteó en entrevista que si bien la federación desarrolla un protocolo de regreso a la actividad dependiente en todo momento de los lineamientos que marque la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, observa que algunos semiprofesionales de frontenis, así como manistas, se han aventurado a realizar torneos bajo propio riesgo, lo mismo en canchas sin público que en parques con aficionados, sobre todo en algunos puntos del estado de México y al norte de esta ciudad.

“En el frontenis, los jugadores cobran por exhibiciones, o pequeñas bolsas con particulares que organizan estos torneos en clubes privados y públicos, donde se cobra la entrada, o no.

No hay contratos, ahí se agota todo. Algunos han tomado el riesgo en lo privado, pero la mayoría se han cancelado y sin problema, anotó.

Respecto de los manistas, lamentó que no han detenido la tradición en frontones callejeros, pues continúan pese a que han sido denunciados en redes sociales e incluso intervenidos por la fuerza pública. Hubo muchos jugadores que insistieron y siguen jugando, deploró.

Esperan las reprogramaciones

Santamaría señaló que en el resto de las modalidades en las que se compite en sistemas mundiales, los pelotaris están sujetos a las reprogramaciones de las competencias.

Sobre el frontón a mano en el plano internacional, en el que por años México fue máxima potencia junto con Francia y España, señaló que se ha perdido mucho de esa rivalidad desde la administración anterior de la Conade, cuando Alfredo Casti-llo desconoció a la federación para designar a un grupo de amigos ajenos a las modalidades del frontón. Fueron cuatro años de falta de roce, de intercambios, de amistad, y se perdió mucho en ese lapso, admite el federativo, cuyo consejo directivo fue restablecido hasta 2019.

Empobrecieron mucho la vida deportiva, como ahora también está pasando; no hay dinero, entonces se reducen mucho los intercambios, y eso para mal.