El gobierno federal anunció la Estrategia de alimentación saludable, justa, sustentable y económica con la que se busca promover y mejorar el bienestar de la población accediendo a comida de mejor calidad, sana y con una producción que no dañe el medio ambiente. Entre los temas prioritarios está la reducción en el consumo de alimentos industrializados y el fomento de productos frescos, sanos, limpios y justos.

Con un esfuerzo interinstitucional, en el que participan las secretarías de Salud, Educación, Bienestar, Medio Ambiente, Agricultura y Economía, así como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la Procuraduría Agraria, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), se impulsará una campaña de comunicación en medios y redes sociales para fomentar una alimentación culturalmente apropiada.

En conferencia realizada en Palacio Nacional, el vocero del gobierno federal, Jesús Ramírez Cuevas, explicó los ejes centrales de la estrategia que concibe la alimentación saludable como una tarea de corresponsabilidad entre gobierno, productores y consumidores, quien recordó que en octubre próximo iniciará un nuevo etiquetado frontal de alimentos con el que se busca que la ciudadanía tome decisiones conscientes e informadas.

Acompañado de las secretarias del Bienestar, María Luisa Albores; y del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde, y del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, destacó que se fomentará el aprovechamiento de cultivos locales y de temporada, así como la importancia de la lactancia materna y generar una alimentación para la salud, a través del fomento de hábitos saludables.

López-Gatell afirmó que la estrategia no se puede ver como imposición ni la adopción de modas u ocurrencias.

Advirtió que es necesario eliminar el mito de que la alimentación es sólo una decisión personal, ya que no son siempre racionales y conscientes, la publicidad es un factor muy importante.

El funcionario aseguró que comemos lo que está a mano, y en México a lo que accedemos con mayor facilidad y asequilibilidad son los productos industrializados que no son saludables, incluidos los refrescos embotellados, principal fuente de excesos de azúcares.