Miércoles 29 de julio de 2020, p. 22
México necesita mejores estándares de ciberseguridad, controles técnicos y fomentar el desarrollo de un mercado en la materia ante la creciente ola de hackeos en Latinoamérica, asegura un nuevo estudio realizado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Explica que si bien el país ha tenido avances en temas de ciberseguridad, cultura y capacitación en comparación con países de Centroamérica, es necesario incrementar las medidas que tengan como fin aminorar los ataques a empresas y gobiernos.
México no cuenta con una ley dedicada al delito cibernético, pero el artículo 211 del Código Penal prevé el ilícito informático. Sin embargo, esas disposiciones son limitadas y dejan lagunas, lo que dificulta la lucha contra ese crimen
, indica.
Titulado Ciberseguridad, riesgos, avances y el camino a seguir en América Latina, el texto destaca que el país es de los pocos en la región que cuentan con una política en la materia y madurez en asuntos de capacitación y cultura en ese renglón.
Con el cibercrimen como preocupación creciente, organizaciones mexicanas que conducen proyectos de transformación digital han observado que grupos de interés con responsabilidades en la toma de decisiones han incluido personal de seguridad y privacidad en 96 y 44 por ciento de los casos, respectivamente
, enfatiza.
Pese a ello, advierte, las autoridades deberían centrarse en mejorar el despliegue de estándares de seguridad cibernética y controles técnicos, así como fomentar el desarrollo de un mercado en la materia
.
Tras la pandemia seguirán los riesgos
El estudio señala que la pandemia de Covid-19 ha acentuado la gran dependencia por contar con una infraestructura digital que aminore los riesgos de ciberataques. Si bien esta crisis ha expuesto las deficiencias estructurales de la sociedad en temas como salud, economía, empleo y educación, también ha resaltado el papel catalizador
.
Debido al confinamiento, detalla, se ha experimentado una transformación digital prevista para los siguientes 3 años, e incluso en el entorno más disyuntivo de la pandemia el Internet ha permitido a las empresas seguir operando.