Para explorar el impacto de las manifestaciones artísticas en su comunidad, la Costa Chica de Oaxaca, Balam Toscano, un joven cineasta, decidió hacer Soy Yuyé, una película documental basada en la historia de una pintora local.

Toscano creció viendo a Yuyé en las comunidades de la costa de donde también él es originario. Llamada Santa Obdulía de nacimiento, y Yuyé por la comunidad, la pintora es una mujer afromexicana que se ha dedicado a su arte a pesar de sus circunstancias.

Yuyé pinta con los pies, pues nació sin brazos. La pintora se dice emocionada de mostrar su historia a las demás personas, aunque no termina de acostumbrarse a que la graben. Su vida en El Tamal transcurre de una manera distinta a la de las ciudades. Además de impedir que presente sus obras, la pandemia no ha afectado mucho su estilo de vida.

En su entorno, la sana distancia es cotidiana. Debido al calor, los habitantes de la costa están acostumbrados a pasar el tiempo en sus patios y convivir con sus vecinos desde sus puestos.

Balam ve su labor, y la de su equipo, como la de ayudar a que Yuyé cuente su historia de la mejor manera. Por ello, el director consulta a su protagonista sobre algunas decisiones para dar rumbo a su historia. Su idea es que el documental sea visto en la comunidad y que inspire a otros pobladores a acercarse al arte.

Antes de hacer cine, Balam Toscano se dedicaba a las ciencias naturales. Era profesor. Un día, sin embargo, se inscribió a uno de los talleres de Ambulante, el festival de documental itinerante, y su perspectiva cambió. Quiso involucrarse más en los temas sociales y terminó inscribiéndose al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), en la Ciudad de México.

En el CCC, Toscano conoció a su equipo de trabajo, incluido su productor Ramón Llaven. Para poder realizar Soy Yuyé, el cineasta recibió apoyos como el Estímulo a la Creación Audiovisual en México y Centroamérica para Comunidades Indígenas y Afrodescendientes del Imcine y del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales del Fonca.

Aunque Balam ha trabajado antes en otras cintas haciendo fotografía y producción, esta es la primera vez que el oaxaqueño se desempeña como director, por lo que Soy Yuyé será su ópera prima.

Mientras la protagonista pinta un cuadro para ilustrar su transformación de Obdulía a Yuyé, Balam la filma. La pintora, que ya ha tenido oportunidad de ver algunas de las escenas en las que sale retratada, se pregunta cómo empezará su película. Ella sabe que son muchas cosas las que abarca su vida. Es suplente de agente de policía, ayuda en el campo a su familia, pertenece a una asociación civil y es catequista. Recientemente, Yuyé se unió a un colectivo de mujeres afromexicanas que luchan por sus derechos.