El pianista, compositor y docente mexicano de la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos, José Luis Hurtado (San Luis Potosí, 1975) es uno de los ganadores de la prestigiosa beca que este año otorga la Fundación Guggenheim, considerada una de las distinciones más importantes en el ámbito artístico, científico y académico.

En entrevista con La Jornada, el músico conversó sobre su trabajo creativo de compositor de música contemporánea, así como del proyecto musical-pedagógico que desarrollará con el apoyo de la reconocida fundación.

Con casi 20 años de radicar en Estados Unidos, primero en Boston y luego en Nuevo México, Hurtado explicó que como compositor de música contemporánea, me gusta tomar riesgos; soy un músico que responde a las sonoridades de su tiempo, siempre en busca de algo que me sorprenda y que no haya escuchado antes. Siempre busco algo que no sea predecible, novedoso, que me ofrezca respuestas.

Mi música, agrega Hurtado, está diseñada de tal manera que, cada vez que se interpreta, invita al artista a que tome ciertas decisiones, que incluso pueda cambiar la trayectoria de la obra, al tiempo que la misma pieza mantenga su identidad.

He compuesto cientos de obras desde los 17 años, dice Hurtado; “sin embargo, mi catálogo oficial registra unas 25 partituras. Eso es así porque mis obras más antiguas van siendo desplazadas por mis intereses musicales más recientes; es decir, el compositor que era hace 20 años es diferente al que soy ahora.

Eso no quiere decir que yo sea otra persona, explicó. Mis búsquedas musicales siempre han sido las mismas, pero mis encuentros son diferentes, destacó.

Hoy me siento un compositor mucho más completo, informado y consciente; de ahí que en el catálogo oficial se encuentran las piezas que considero más sólidas.

La obra de Hurtado ha sido interpretada por agrupaciones como Boston Modern Orchestra Project, Jack Quartet, International Contemporary Ensemble y el Ensamble Cepromusic.

Actualmente, Hurtado es integrante del Low Frequency Trio y catedrático de tiempo completo en la Universidad de Nuevo México, en las áreas de teoría y composición.

El proyecto que desarrollará es una composición de proporciones grandes, de una media hora, para piano solista, orquesta de cámara (cuerdas y percusiones), más electrónica grabada, pieza que irá acompañada por fotografías y audiovisuales.

“La singular característica de la obra es que será compuesta para ser interpretada por un niño pianista, de 11 años. Es una obra de corte musical-pedagógico. La idea es llevar al chico, de manera paulatina, al conocimiento y gusto de la música contemporánea.

De ahí que la obra integrará técnicas extendidas que no se utilizan en la música tradicional. La composición empleará densidades y texturas variadas y contrastantes como su elemento principal del drama. El ruido será un tercer elemento que marcará los puntos climáticos de llegada y salida, y funcionarán como pilares estructurales.

Es una obra, puntualizó el autor, que estoy componiendo a mi hijo, quien es pianista y tiene 11 años.

La obra no sólo tendrá el propósito artístico de mostrar todas las habilidades técnicas del solista al máximo, sino que también será educativa. Es un proyecto que nació de la necesidad de generar trabajos originales de esa música y lenguaje para niños, que, hasta donde sé, no existen, consideró Hurtado.

La intención, concluyó, es que un niño de 11 años que ha interpretado esa pieza, cuando tenga 20, no le parezca rara la música contemporánea ni los compositores de su época.