En tanto se concreta la extradición de Emilio Lozoya Austin de España a México, el presidente Andrés Manuel López Obrador negó tener información directa de qué otros funcionarios, además de legisladores que pudieron haber votado por la reforma energética, están implicados en la red de corrupción del ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex). Lozoya, resaltó, se comprometió a decir la verdad.

No tengo información directa. Esta es una investigación de la Fiscalía General de la República, pero es del dominio público, lo saben los ciudadanos y lo sabe el Presidente, que hubo mucha corrupción en Pemex durante ese periodo. Son los casos de Odebrecht (la constructora brasileña) y lo que tiene que ver con la reforma energética.

Por ejemplo, dijo durante su visita a Irapuato, Guanajuato, “está denunciado que se pagó con sobreprecio de cuando menos 200 millones de dólares –de acuerdo con los avalúos– una planta de fertilizantes –Agronitrogenados– en Coatzacoalcos”. También “hay información de que para obtener los votos y aprobar la reforma energética hubo sobornos.

¡Qué bien que el señor Lozoya aceptó regresar y se comprometió a informar lo que sucedió! Nos interesa la verdad en todo para arrancar de raíz la corrupción y que no sea bien visto dedicarse a sacar provecho al amparo del poder público.

Esto, ratificó, se fue imponiendo desde arriba y quisieron corromper a todos, pero afortunadamente no pudieron. Ahora debemos empezar por señalar, juzgar y estigmatizar a los corruptos. La corrupción, sostuvo, es peor que una pandemia; es una peste.