A comienzos de este mes elementos del Ejército Mexicano habrían ejecutado de forma extrajudicial en Nuevo Laredo, Tamaulipas, a tres civiles que habían sido secuestrados por un grupo de presuntos delincuentes, y después los hicieron pasar por criminales, en vez de averiguar primero su identidad y brindarles la ayuda que necesitaban, indicó el presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos.

En entrevista con La Jornada, el abogado explicó que el pasado 3 de julio una patrulla militar se encontró en el fraccionamiento Los Fresnos con una camioneta en donde viajaba un grupo de presuntos delincuentes, lo que generó un intercambio de disparos en el cual ningún elemento castrense resultó herido, pero en esos hechos murieron los 12 civiles que viajaban en otro vehículo.

Inicialmente, la Secretaría de la Defensa Nacional reportó que todas las personas que fallecieron en el incidente formaban parte de un grupo de la delincuencia organizada, pero las familias de tres de los hombres que perdieron la vida denunciaron que sus seres queridos habían sido secuestrados o desaparecidos en días anteriores y no se trataba de criminales.

De acuerdo con fotografías de lo ocurrido el 3 de julio, indicó Ramos, las tres víctimas estaban atadas de manos y pies con cinta plástica e iban vestidas de civil, mientras los supuestos delincuentes que viajaban en esa misma camioneta estaban armados y utilizaban uniformes similares a los del Ejército.

Participación de militares

A reserva de que lo confirmen estudios periciales, señaló el activista, una posible explicación de lo ocurrido es que los militares abatieron a los presuntos criminales en el intercambio de disparos, y al notar que algunos de los civiles todavía se encontraban con vida, entre ellos las víctimas de secuestro, les dieron el tiro de gracia, pese a que estaban maniatados, sin armas y no representaban ningún peligro.

Uno de los hombres que perdió la vida en ese incidente se llamaba Damián Genovés Tercero y formaba parte de una familia originaria de Chiapas que había llegado unas semanas antes a Nuevo Laredo en busca de trabajo. Su tío, de nombre Raúl Tercero, presentó las demandas respectivas para que el caso se investigue y enfatizó que él, su sobrino Damián y su hijo Alejandro (quien está desaparecido) no se dedican a actividades ilegales.

Ramos alertó que en lo que va del año al menos cinco civiles han sido víctimas de ejecución extrajudicial en Nuevo Laredo a manos del Ejército, concretamente de elementos del 16 Regimiento de Caballería.