Sábado 11 de julio de 2020, p. 28
Washington. El presidente Donald Trump conmutó ayer la sentencia de prisión de Roger Stone, pocos días antes de que su amigo y asesor de larga data tuviera que presentarse a cumplir su condena, anunció la Casa Blanca. Stone fue encontrado culpable de mentir y obstruir a la justicia para proteger al presidente en cuanto a la interferencia de Rusia durante las elecciones de 2016, en las que el magnate triunfó al derrotar a la candidata demócrata Hillary Clinton.
El colaborador del mandatario debía purgar una condena de 40 meses en prisión.
La fiscalía encontró a Stone culpable de intentar contactar al fundador de Wikileaks, Julian Assange en 2016, refugiado en ese entonces en la embajada de Ecuador en Londres, para que éste le revelara cuándo pensaba difundir correos propiedad de Clinton y presuntamente robados por hackers rusos quienes supuestamente los entregaron al portal de filtraciones para dañar la campaña de la candidata demócrata.
Roger Stone ya ha sufrido mucho
, dijo la Casa Blanca en un comunicado. Fue tratado de manera muy injusta, como lo fueron muchos otros en este caso. ¡Roger Stone ahora es un hombre libre!
La declaración de la Casa Blanca reiteró la acusación de Trump de que el fiscal especial Robert Mueller investigó un presunto delito que nunca se cometió. Argumentó que Stone, por tanto, nunca debería haber sido acusado en primer lugar.
La conmutación no borra la condena penal
El simple hecho es que si el fiscal especial no hubiera llevado a cabo una investigación absolutamente infundada, el señor Stone no enfrentaría una pena de prisión
, continúa la declaración de la Casa Blanca.
Stone, de 67 años, debía presentarse el martes en una prisión federal en Jesup, Georgia, para comenzar a cumplir una condena de tres años y cuatro meses por mentir bajo juramento ante los legisladores que investigaban la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
Una conmutación no borra una condena penal como lo hace un perdón.
La decisión sobre conmutar la pena de Stone, un aliado cercano de Trump que tiene tatuado en su espalda el rostro del ex presidente Richard Nixon, es la intervención más fuerte del mandatario para proteger a un asociado en un caso penal y un nuevo uso de clemencia ejecutiva
para beneficiar a un aliado.