La actividad turística del país resintió más los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus en mayo pasado, pues la llegada de viajeros internacionales se desplomó 92.1 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado, informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

De acuerdo con las Encuestas de Viajeros Internacionales, en el quinto mes del año sólo arribaron a territorio mexicano 145 mil visitantes, cifra inferior a la reportada un año atrás: un millón 835 mil 65.

Por vía aérea llegaron 36 mil 210 ciudadanos de otras latitudes, cifra que representó una contracción anual de 97.6 por ciento.

El ingreso de viajeros a México por vía terrestre se redujo 63.8 por ciento frente al mismo periodo del año pasado, ya que sólo entraron 108 mil 790.

El ingreso de excursionistas fronterizos también disminuyó. Se reportaron 745 mil 642, cifra 54.2 por ciento inferior a la reportada en mayo de 2019.

Consecuencia de ello, el ingreso de divisas por concepto de turistas internacionales alcanzó niveles mínimos. Registró 95.7 millones de dólares, cifra que se tradujo en un desplome de 94.6 por ciento frente a igual mes del año pasado.

Del total de divisas que ingresaron al país en el periodo reportado, 69.4 por ciento fue aportado por turistas de internación y el resto por viajeros que sólo cruzaron la frontera.

El ingreso promedio por cada visitante pasó de 249 dólares en mayo del año pasado a 65 en el mismo periodo de este año, lo cual representó una baja de 74.1 por ciento.

De todos los turistas de internación que ingresaron al país durante el quinto mes de este año, 25 por ciento correspondió a paseantes por vía aérea y el resto a excursionistas por vía terrestre.

A tasa anual, el número de viajeros internacionales que egresaron del país en mayo pasado registró una reducción de 85.1 por ciento frente a igual mes de 2019.

Para junio la llegada de turistas internacionales al país puede mejorar, aunque no será significativa, pues en junio comenzó la reactivación de algunos destinos bajo estrictas normas de seguridad e higiene, mientras la ocupación hotelera sólo fue de 30 por ciento.

La actividad turística aportó el año pasado 8.7 por ciento del producto interno bruto del país, por lo que era uno de los grandes motores de la economía.