La Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG) expresó su respaldo al T-MEC, que entró en vigor esta semana, y añadió que aunque su antecesor, el TLCAN, en un principio representó un reto para el sector pecuario nacional, finalmente se logró la adaptación y la competitividad.

Oswaldo Cházaro Montalvo, presidente de la CNOG, señaló a La Jornada que las cadenas productivas pecuarias mexicanas, si bien al principio del TLCAN se vieron muy afectadas, con el paso del tiempo se fueron adaptando y fortaleciendo para agarrar competitividad.

Añadió que el caso de la cadena de bovinos de carne es el ejemplo más positivo, pues es superavitario actualmente; por ello, la CNOG se pronunció porque se mantuvieran los mismos términos en el T-MEC, locual se cumplió.

Sostuvo que otras cadenas, como porcinos, aves y lácteos, enfrentan una situación diferente; sin embargo, en un balance general, el T-MEC no empeora lo que ya tenían que vencer en el TLCAN, y mantiene la opción de seguirlas fortaleciendo con uso de instrumentos que eviten prácticas desleales. Agregó que es más conveniente al sector la continuación del intercambio con reglas, a diferencia del que propicia desorden e incertidumbre.

Ayer, directivos de organizaciones ganaderas de México, Estados Unidos y Canadá realizaron su Reunión Trilateral en el contexto del T-MEC para compartir información sobre el comportamiento de la industria ganadera y de la carne de bovino en la región.

La videoconferencia fue encabezada por Cházaro Montalvo, A. Marty Smith, presidente de la National Cattlemen’s Beef Association, y Bob Lowe, presidente de la Canadian Cattlemen’s Association.

Cházaro Montalvo mencionó que el TLCAN cimentó principios muy positivos para el desempeño de la ganadería de los tres países y que hoy, con nuevos elementos, deben prevalecer los beneficios para todos.

Señaló que los ganaderos mexicanos han enfrentado problemas de sequía en diversas regiones, pero a pesar de ello la producción y el abasto de los mercados doméstico y externo está garantizado. Y en el contexto del Covid-19 enfrentan el desequilibrio entre costos de producción y los precios del ganado, impactados por la alteración del consumo, la paridad cambiaria y la parálisis económica.