La detención de José Ángel Casarrubias, El Mochomo, es una buena señal, porque pueden comenzar a romperse los pactos de silencio e impunidad sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y al mismo tiempo resurgen las pistas que llevarían al hallazgo de los jóvenes, señaló Felipe de la Cruz, uno de los voceros de los padres de los estudiantes.

“Para nosotros es importante que empiece a haber detenciones, porque de esa manera se empieza a romper el ‘pacto de silencio’ que ya tiene casi seis años (desde la desaparición de las víctimas), y también porque ésta podría ser la punta del hilo que nos lleve a encontrar a los muchachos”, señaló el activista en una charla con La Jornada.

De la Cruz recordó que dentro de las indagatorias sobre el caso llegó a haber más de cien personas detenidas, sin que eso ayudara a encontrar a los estudiantes, pero manifestó su esperanza de que Casarrubias se anime a revelar información realmente valiosa sobre el paradero.

“La diferencia en este caso pudiera ser que El Mochomo hablara con verdad sobre los hechos. Queremos escuchar a esta persona y saber lo que él tuvo que ordenar (la noche de la agresión). Existe la duda de que pudiera saber algo que nos lleve al paradero de los jóvenes, pero hay esperanza de que nos diga dónde están”, indicó.

Por otro lado, respecto de la afirmación del fiscal general, Alejandro Gertz Manero, en el sentido de que la llamada verdad histórica es una hipótesis que en este gobierno se acabó, De la Cruz afirmó que para los padres y madres de los 43 nunca tuvo validez, por lo que urgió a la detención de los funcionarios que la impulsaron, entre ellos Tomás Zerón de Lucio, ex director de la Agencia de Investigación Criminal.

El que sabe mucho de esto es Zerón, por eso estamos en la misma exigencia de que sea detenido. Sabemos que está tramitando un amparo, pero los delitos que se le imputan son graves y no hay amparo para eso. Ojalá que la justicia se empiece a aplicar como debe ser y podamos ir armando este rompecabezas, dijo.