Édgar Rivera sabe que de un momento a otro calificará a los Juegos Olímpicos de Tokio y tiene pensado comenzar la pretemporada en agosto y septiembre si las condiciones sanitarias lo permiten en Europa, luego del rebrote de coronavirus que hay en Alemania.

La temporada fuerte será para el próximo año y mi anhelo es culminar en Tokio, porque mi intención es regresar a entrenar en México y representar a mi país es un orgullo enorme, comenta el especialista en salto de altura, con marca de 2.30 metros, y dos opciones para calificar si cumple el 2.33 que pide World Athletics o por puntos en el ranking entre los 32 clasificados, ya que actualmente se ubica en el lugar 35.

El sonorense regresó a Colonia, su base de entrenamiento, al cumplir dos meses de confinamiento en Agua Prieta. Hay que irse adaptando poco a poco, a veces uno se relaja por tanto tiempo guardado y todo te genera pánico, manifiesta el atleta, quien tenía más de 10 años que no convivía tanto tiempo con la familia al concluir la carrera universitaria en Arizona y trasladarse a tierras teutonas.

Cuarto lugar mundial en Londres 2017 y becado por la World Athletics en el Centro de Alto Rendimiento con el entrenador Wolfgang Ritzdorf, el mexicano confiesa que experimentó días de incertidumbre y estrés en su departamento en Colonia, cuando comenzaron a cancelarse las competencias, el aplazamiento de Tokio 2020 para el próximo año y las cifras de contagios y muertes por Covid-19 en el mundo.

Llevaba apenas un mes del arranque de temporada con las competencias bajo techo y con marcas que le permitían avizorar un buen inicio. La propagación del virus echó abajo los planes, lo asimiló positivamente y con un alivio inmenso.

No tenía caso quedarse en Alemania, decidió venir por tres semanas a México, pero ya estando en Agua Prieta la estadía se prolongó por dos meses al lado de sus padres. Hizo preparación física con sus hermanos Luis, ex medallista mundial retirado, y Adrián, el menor, una familia de saltadores conocida como los canguros sonorenses.

Mi intención es competir tres veces en agosto (al aire libre) y si las condiciones no son idóneas por el coronavirus esperar hasta septiembre o cuando comiencen los torneos (en Europa) para no poner en riesgo mi salud ni la de nadie, concluyó Rivera.