Lunes 22 de junio de 2020, p. 25
Brasilia. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo ayer que el ejército sirve a la voluntad del pueblo y que su misión es defender la democracia, al acentuar el intenso debate sobre el papel de las fuerzas armadas ante crecientes temores de inestabilidad política.
Bolsonaro hizo las declaraciones en Río de Janeiro, durante el funeral de un paracaidista que murió el día anterior en un accidente en una base aérea.
Sus comentarios se conocieron cuando cientos de sus partidarios y opositores se congregaban en diferentes ciudades, una clara imagen de la polarización en el mayor país de América Latina.
Los defensores del gobierno, muchos de ellos sin mascarilla, desplegaron una gran bandera en la que se podía leer Comprometido con Bolsonaro
. Uno de los manifestantes incluso llevaba un cartel apoyando la relección del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La manifestación contraria a Bolsonaro fue organizada por el movimiento Somos Democracia, formado por las hinchadas de clubes de futbol de 14 estados brasileños.
Este es un acto en defensa de la vida, contra el racismo, en defensa del servicio público. ¡Fuera Bolsonaro!
, declaró a la Afp Edson Cardona, director de la Confederación de Funcionarios Públicos.
Nuestra misión, la misión de las fuerzas armadas, es defender el país, defender la democracia
, dijo Bolsonaro en un video que fue publicado online. Agregó que estamos al servicio de la voluntad de la población brasileña
.
En Brasilia cada vez crece más la tensión ante las diferencias entre el presidente y la Suprema Corte, llevando a algunos a sugerir que el ejército podría verse forzado a elegir entre uno u otro en caso de que la situación empeore.
Alentado por sus partidarios y por ex generales de su gabinete, Bolsonaro ha alimentado la tensión, al señalar que el ejército nunca lo sacaría del cargo.
El presidente está frustrado por una serie de casos legales que lo afectan a él y algunos políticos aliados, al tiempo que también enfrenta múltiples propuestas de juicio político en el Congreso que aún son muy preliminares.
Las fricciones ocurren en momentos en que Brasil tiene que lidiar con un empeoramiento de la pandemia del coronavirus, al superar 50 mil muertes y un millón de casos el viernes.