Sábado 20 de junio de 2020, p. 5
El Tren Maya no tiene sentido para el futuro ni para una sociedad de bienestar en la que realmente las pandemias no tengan tanto lugar. Es un proyecto colonial del siglo XVI o XVII que no debe seguirse en el siglo XXI, señaló el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos.
Al participar en el cierre del webinario internacional Pos-Covid, posneoliberalismo: la pandemia y el futuro de América Latina, organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad de la Universidad Nacional Autónoma de México, el científico social lusitano aseguró que le pediría al presidente Andrés Manuel López Obrador que detenga ese proyecto del Tren Maya.
En el mismo encuentro, la directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, María Elena Álvarez-Buylla, explicó que las seis regiones más contaminadas de México son también las que tienen mayores problemas de salud humana y las de más alta incidencia de padecimientos como la diabetes, lo que pone en vulnerabilidad a la población de esos sitios. La investigadora señaló que el deterioro de estas regiones es una consecuencia del modelo de desarrollo neoliberal que ha sido legitimado y sostenido por una ciencia al servicio del capital
.
Boaventura de Souza aseguró que entre las causas remotas
de esta pandemia y de las recurrentes que vendrán en los próximos años está la existencia de un modelo de desarrollo hostil a la naturaleza, basado en megaproyectos, contaminación de aguas y ríos y expulsión de indígenas y campesinos.
Agregó que el Covid-19 ha mostrado que los mercados no resuelven la vida de la gente. Con la pandemia nadie ha pedido a los mercados que resuelva el problema, sino al Estado
, aseveró.
Por su parte, Álvarez-Buylla sostuvo que la pandemia ha revelado algunas de las consecuencias trágicas del credo neoliberal imperante en los pasados 30 años: la existencia de una obscena inequidad social, la desigual fragilidad de la salud y la injusticia socioambiental.
En México, la fragilidad de la salud se ha manifestado en relación con los hábitos alimenticios y la infraestructura agroalimentaria que determina estas prácticas poco saludables en los sectores más empobrecidos de la población, indicó.
Además, señaló, la capacidad limitada de respuesta a la pandemia en todo el mundo está relacionada con la privatización de los sistemas de salud pública y con la mercantilización del saber científico.