Jueves 18 de junio de 2020, p. 6
Debido al cierre de librerías por el confinamiento a consecuencia de la pandemia de Covid-19, la venta de libros disminuyó en 200 mil ejemplares a la semana y continúa a la baja, informó ayer el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), Juan Luis Arzoz Arbide.
Por su parte, Quetzalli de la Concha, presidenta del Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor, indicó que si bien se ha reportado el aumento en la descarga de títulos, la facturación de libros electrónicos sólo ha tenido repunte de 2 por ciento, lo cual refleja daño a los autores y a la normal explotación de sus obras.
Ayer, en el foro Retribución a la creatividad y derechos de autor: la copia privada, convocado por la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Arzoz Arbide aseveró que si bien hay cierto repunte en las compras electrónicas, el que no se haya considerado a la industria editorial para la reapertura gradual mantiene cerrado el flujo primordial de la cadena de la cual depende el libro.
Explicó que mientras hasta la semana 10 de este año (del 2 al 8 de marzo) el mercado editorial vivía un año positivo, con el incremento de 2.4 por ciento en la facturación y de 5.1 en unidades, la siguiente semana se registró una caída de casi 70 por ciento en la primera, y del 6 al 12 de abril, cuando se ordenó el cierre de todos los puntos de venta, la caída de éstas fue de aproximadamente en dos terceras partes.
Estamos conscientes de que esto es un tiempo difícil para todos, pero lo malo también se acaba. Vamos a resurgir y repuntar
, confió. Citó que la literatura infantil y juvenil aumentó de 2008 a 2018 en 15.9 millones de ejemplares, lo cual refleja que ha tenido un crecimiento sustentado.
La industria editorial es parte fundamental de la cultura, y si no la protegemos o, mejor aún, la impulsamos, pronto estaremos sumidos en una crisis no sólo económica, sino tecnológica, cultural, científica y médica. En fin, podríamos concebirnos como autómatas de la sociedad en la que viviremos
, expuso.
De la Concha dijo por su lado que el uso de dispositivos electrónicos afecta injustificadamente a los autores y los titulares de derechos conexos.
Sobre el debate de la remuneración compensatoria por copia privada, planteó considerar la importancia de los autores en el desarrollo social e intelectual del país. Las obras artísticas forman la cultura y se convierten en el capital social y patrimonio colectivo de país; los contenidos forjan la identidad nacional
, indicó.