Martes 16 de junio de 2020, p. 12
Con un inventario de hospitales donde coexisten algunos con la más alta teconología y otros donde prevalece saturación, antigüedad y obsolescencia
, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) ha establecido que sólo para resolver las necesidades actuales de equipamiento, instrumental y mobiliario médico en sus mil 161 unidades médicas, se necesita una inversión de casi mil 700 millones de pesos.
El organismo admite que 24 de las 140 unidades de segundo y tercer nivel de que dispone, ya rebasaron o están por rebasar su vida útil
, que es de 50 años.
Además, y aunque tiene 105 mil trabajadores en todo el país, el instituto admite que tiene una distribución ineficiente: por un lado, tenemos unidades recargadas de personal y, por otro, se tienen áreas desocupadas o subutilizadas por la falta del mismo, existe superávit en determinadas especialidades y turnos, mientras en otros los pacientes no son atendidos con oportunidad por falta de médicos o enfermeras
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El Diario Oficial de la Federación publicó ayer el Programa Institucional 2020-2024 del Issste, derivado del Plan Nacional de Desarrollo. En el mismo se expone un diagnóstico institucional y se detalla la transformación del modelo de atención centrado en el derechohabiente a partir de humanizar el trato a todos los usuarios
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Con una derechohabiencia de 2.9 millones de trabajadores en activo, 1.2 millones de pensionados y 9.2 millones de familiares (en cifras de 2018), el Issste admite una serie de carencias e ineficiencias operativas y financieras y traza objetivos prioritarios a cumplir: seguro de salud con calidad, pensiones y retiro oportunos, prestaciones económicas accesibles, servicios sociales y culturales para el bienestar integral y administración eficaz y eficiente, y sostenibilidad financiera.
El instituto asume tener una tendencia financiera deficitaria que no se ha solventado e incluso tiende a aumentar, no obstante las transferencias gubernamentales
y por lo cual tiene adeudos con proveedores y falta de inversión en salud en infraestructura física.
De ese modo, por ejemplo, presenta un insuficiente número de camas de hospital, pues mientras entre 1999 y 2017 la población derechohabiente del Issste creció 34 por ciento, la oferta de servicios como consultas o camas de hospital y de urgencias permaneció sin cambio
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