Otro paso hacia la mediocridad rotunda
odo hacía pensar que con la suspensión del descenso la Liga Mx tocaba fondo en su caída libre hacia la mediocridad, pero las brillantes asambleas de dueños sorprenden una vez más. En verdad no conocen límites hacia la ignominia, y ahora, para llevar dinero a las arcas de las televisoras, inventaron un repechaje mediante el cual el equipo más anodino podrá alzar el cetro.
Es así como se escribe la comedia que en el año del Covid convierte al futbol mexicano en el hazmerreír de propios y extraños. Ya nada sorprende, ni siquiera Danilinho, quien en estado de ebriedad lanzó en redes sociales insultos de arrabal contra Ricardo Ferretti. Extraño preámbulo, porque a la par reaparece el Inge Alejandro Rodríguez para alistar el relevo del Tuca.
En este show, los personajes son variopintos y van de lo cómico a lo ridículo. Desde los caricaturescos Billy y Fredy, donde el segundo hace rabieta y vende la cabeza de su consanguíneo. Alguien ajeno al circo actual puntualiza: “Todos sabemos la mancuerna tracalera que desde hace décadas armaron Billy Álvarez y Carlos Hurtado”. Y pese al video de respaldo de Chuy Corona, el desprestigio ya nada lo borra.
El timonel amarillo vive su lucha personal, muy personal. Está empecinado en meter a la nómina de Coapa a sus familiares y amigos… Un gobernador está ansioso por entrar al egregio clan futbolero, con dinero público financió un estadio y hasta madrugó para anunciar a su nuevo estratega. Y como nunca faltan los aguafiestas, JC Chávez le recordó que esa plaza es beisbolera y pugilística; ¿futbol? ¡Ni a patadas!
El afán de los del Ajusco y de Xolos era deshacerse ipso facto de la multipropiedad, no para entrar a la senda de lo ético y correcto, sino para aprovechar el río revuelto y sacar tajada. Los fronterizos quieren trasladar a su feudo a Víctor Vucetich y dejaron la papa caliente (a los Gallos) en las primeras manos de un mercader de piernas que pasaba por ahí. Total, a estas alturas en la Federación de Yon de Luisa reina el libertinaje total.
Otro singular personaje vive soñando hasta el delirio en explotar en fama y riquezas. Es un predicador con dos equipos; uno se distinguió por registrar enorme brote viral y el otro tiene vida artificial. Con vehemencia emite un discurso arrobador, tiene a todos convencidos de que con su magia es posible ganar millones de dólares y erogar en devaluados pesos.
La pandemia por el coronavirus puso a cada liga en su lugar. Las más fuertes, con la Bundesliga a la cabeza, ya están rodando el balón, maltrechas, sin público, pero cerrando filas y dando voz y voto a la figura principal: el futbolista. En México sigue el agandalle, el jugador es ignorado y está en vías de ser un mortal más que deberá hacer fila para pagar impuestos.
En efecto, el Covid-19 pudo ser el parteaguas para que los federativos enmendaran errores, para reinventarse ante la competencia interna y externa, pero la avaricia y los aires de suficiencia prevalecieron y todo se fue por la borda, y su liga resulta algo grotesco que sólo causa hilaridad. Que los tome en serio quien no los conozca.
Esta semana regresan las plantillas a entrenar bajo severas medidas de sanidad, mientras las directivas reportan a cuentagotas nuevos casos positivos al coronavirus y leen la cartilla a los jugadores más alegres y fiesteros… No hay dinero, no hubo adquisiciones estruendosas, tampoco habrá público y sí mucho luto por los que perdieron la batalla ante la pandemia, entre ellos el auriazul Aarón Padilla.
En los próximos días se formalizará la anunciada Liga de Balompié Mexicano, que se presenta como algo esperanzador para rescatar al deporte más popular del país. Sin duda, en el camino cometerá varios errores que serán señalados, pero al menos no lleva en sus entrañas ese cáncer que han sido las televisoras moviendo hilos y aferradas a exprimir el balón sin escrúpulos.