Sábado 9 de mayo de 2020, p. 25
La oficina del Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó ayer su profunda preocupación
por los fallos en los rescates de migrantes y refugiados en el Mediterráneo y pidió el levantamiento inmediato
de las restricciones que impiden el trabajo de las ONG, ya que están poniendo vidas en peligro
.
El portavoz de Naciones Unidas, Rupert Colville, mencionó como motivo de especial preocupación
informes sobre los supuestos movimientos de autoridades de Malta para frenar la llegada de pateras a sus aguas territoriales, así como por la ausencia de barcos de ONG en la zona central del Mediterráneo. Tanto Italia como Malta prohibieron el 9 de abril el desembarco de migrantes por razones sanitarias.
La inmovilización de los barcos Alan Kurdi y Aita Mari impiden la actividad de los últimos dos barcos en el Mediterráneo cuando las cifras de quienes intentan hacer el peligroso viaje de Libia a Europa ha aumentado drásticamente
. Durante el primer trimestre de 2020, han salido de Libia cuatro veces más pateras que en el mismo periodo de 2019.
Asimismo, Colville advirtió: De ser cierto
que, centros de coordinación de rescate marítimo ignoraron los mensajes de alerta lanzados desde lanchas, los países estarían incumpliendo sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos.
El 15 de abril, una embarcación con 51 migrantes fue devuelta al país norafricano por un barco maltés, después de un periplo marítimo que se saldó con al menos cinco fallecidos y siete desaparecidos.
La ONU tiene constancia de al menos tres embarcaciones con migrantes que esperan poder tocar tierra y, aunque aplaudió los desembarcos puntuales de personas en riesgo, ha pedido una solución urgente
para todas ellas, en la medida en que las condiciones de los buques mercantes no son adecuadas para una estancia a largo plazo
.