Hace ocho años, poco después de las seis de la tarde, en la colonia Anáhuac de la Ciudad de México, dos hombres asesinaron al general Mario Arturo Acosta Chaparro, uno de los militares involucrados en la llamada guerra sucia en contra de organizaciones opositoras al gobierno en los años 70 y 80 del siglo pasado, y también identificado como uno de los operadores del cártel de Juárez.

A la fecha ni la Fiscalía General de la República (FGR) ni la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México –que iniciaron averiguaciones previas para indagar el caso– han identificado a los dos hombres involucrados en el homicidio, aunque en 2012 la entonces Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo) consideró que el crimen se trató de una venganza de grupos dedicados al tráfico de drogas.

Se le ligó con el combate a grupos guerrilleros

En ese entonces Acosta Chaparro había sido juzgado y luego exonerado por tribunales castrenses respecto de las acusaciones de desaparición forzada en contra de integrantes de grupos guerrilleros, particularmente en el estado de Guerrero, y delitos contra la salud, por sus vínculos con el cártel de Juárez.

Acosta Chaparro fue ejecutado de tres tiros en la cabeza por un hombre de unos 25 años, el 20 de abril de 2012. El homicida caminó desde la esquina de Lago Como hasta Lago Trasimeno 194, donde el militar en retiro dialogaba con personal del taller mecánico Servicio Europeo, especializado en reparar coches Mercedes Benz.

Lo anterior quedó registrado en un video en el que se observa que Acosta Chaparro estaba platicando con dos personas, una de ellas el mecánico que arreglaría su vehículo. El agresor se acercó, abrió fuego y corrió hasta donde lo esperaba un cómplice a bordo de una motocicleta deportiva en la esquina de Lago Como y Lago Trasimeno, en la colonia Anáhuac.

Acosta Chaparro fue formado en el combate antinsurgente por los Estados Unidos, en la escuela de los boinas verdes en Fort Bragg, Carolina del Norte.