Lunes 13 de abril de 2020, p. 8
El movimiento más reconocido de la novena sinfonía de Ludwing van Beethoven, el Himno a la alegría, fue interpretado en días pasados por 19 músicos integrantes de la Orquesta Filarmónica de Rotterdam, de manera individual y desde sus casas, como una manera de alentar el buen ánimo de las miles de personas que se encuentran confinadas en sus hogares debido a la pandemia provocada por el Covid-19 (https://www.rotterdamsphilharmonisch. nl/nl/home/).
De nosotros, para ti. Nos estamos adaptando a una nueva realidad y tendremos que encontrar soluciones para apoyarnos mutuamente
, explicaron los músicos en la introducción de su concierto virtual, compartido en redes sociales.
Usemos la innovación y la tecnología para mantener nuestra conexión y hacer que funcione juntos. Porque si lo hacemos unidos, tendremos éxito
, comentaron.
Con la iniciativa de la Orquesta Filarmónica de Rotterdam, en la que cada músico grabó su interpretación, para luego ser sincronizada con la de sus demás colegas, se reconfigura la manera de seguir en contacto con los espectadores.
Es una alternativa que se suma a otras tantas que hoy, artistas y creadores escénicos del mundo, buscan para seguir llegando a sus públicos a través de las redes sociales y, en algunos casos, como una forma de procurar monetizar sus creaciones, ante la emergencia sanitaria, pues el cierre de salas de conciertos, centros culturales y teatros en el mundo provocó que se cancelaran o pospusieran las presentaciones en detrimento de sus ingresos económicos.
Al Himno a la alegría, singularmente interpretado desde la intimidad del hogar de cada músico, se le añadió y mezcló el coro final grabado con toda la orquestación, lo que provocó cierta polémica en redes sociales, pues para algunos la sola interpretación de los músicos bastaba y para otros la mezcla no demeritó el esfuerzo y la intención de los intérpretes, cuyo simbolismo y mensaje es el de que la música fraterniza y reconforta.
Con la emotiva interpretación del Himno a la alegría, los músicos de la Filarmónica de Rotterdam, con su ropa de vestir cotidiana y desde sus casas, con sus pertenencias y objetos decorativos personales como telón de fondo, comparten no sólo la bella partitura del genio de Bonn, símbolo de unión, sino también lanzan un solidario y sensible mensaje a los habitantes del mundo: quédate en casa, y alientan la esperanza en la lucha contra el nuevo coronavirus.