Por la desinformación que prevalece y la omisión de la alcaldesa panista de Seyé, Yucatán, Lizbeth Cauich Puch, unos 700 habitantes de la comunidad maya de San Pedro Holactún cerraron el acceso a su localidad con llantas, rocas, ramas de árboles, latas de cerveza y basura a extraños para evitar contagiarse de Covid-19; incluso impiden el paso a descendientes de mayas que viven en la cabecera municipal.

Holactún es una comisaría donde hay altos índices de pobreza, la mayoría de los habitantes tiene más de 50 años, son maya hablantes y carecen de una fuente de información confiable, por lo que suelen guiarse por rumores.

En ese pueblo, 7 de cada 10 personas no tienen empleo y el resto se dedica a trabajar sus milpas con reducidos ingresos económicos para el sostén de sus familias.

Los lugareños están a disgusto con su alcaldesa, pues aseguran que ella, para evitar que la gente salga de sus casas, ordenó apagar el alumbrado público de algunas zonas del municipio de Seyé a partir de las 8 o 9 de la noche, a excepción de su casa.

Lizbeth Cauich instruyó a que los vecinos salgan lo menos posible de sus predios, aunque hace caso omiso de que algunas cantinas estén abiertas y haya venta clandestina de bebidas alcohólicas, se quejaron colonos de Holactún.

Zirahuén: filtros sanitarios

En Michoacán, la comunidad purépecha de Zirahuén, pese a la pandemia de coronavirus, prepara filtros sanitarios para las familias que deseen visitar el lugar.

Flor Árciga Ramírez, jefa de tenencia de Zirahuén, municipio de Salvador Escalante, comentó que en la Semana Mayor todas las cabañas están al tope, pero ahora las reservaciones fueron canceladas y también los recorridos en lancha a Rincón de Agua verde y Copándaro.

Explicó que las personas que tienen sus puestos de comida están preocupadas porque no están vendiendo casi nada. Lo único que nos hace fuertes es que aquí se saca pescado, se siembra maíz y aguacate. Seguimos con la tradición del trueque y eso nos permite sobrevivir como comunidad, expresó.

Mencionó que hoy se reunirá con los prestadores de servicios para acordar las medidas sanitarias a seguir. Mientras, el gobierno municipal de Pátzcuaro cerró las puertas a sus visitantes en Semana Santa y lo que resta de la cuarentena.

En Chiapas, balseros que transportan personas y mercancías en el río Suchiate, que divide a México y Guatemala, suspendieron ayer labores para sumarse a las medidas de prevención, pero debido a que es su única forma de llevar sustento a sus hogares, pidieron a las autoridades que los apoyen, ya que, como muchas otras personas, van al día.

Señalaron que a pesar de que Guatemala cerró su frontera el 17 de marzo pasado para evitar decenas de balseros seguían trabajando, transportando a residentes y mercancías de manera ilegal.