Tiendas departamentales, joyerías, zapaterías y locales de ropa ubicados en calles del Centro Histórico desde ayer ya no abrieron sus puertas por la declaratoria nacional de emergencia sanitaria por Covid-19.

Algunos clientes de El Palacio de Hierro esperaron más de una hora a que subieran las cortinas con el argumento de que vencían los plazos para realizar los diferentes pagos de sus tarjetas.

La mayoría eran personas de la tercera edad, quienes insistían en que si no pagaban se les cobrarían intereses y no se movieron hasta que un empleado abrió la puerta de la cortina de acceso a trabajadores y vehículos, y sin salir a la calle y con cubrebocas repartió volantes en los que se indicaba cómo realizar tu pago fácil en línea o las cuentas convenio con diferentes instituciones bancarias.

En Liverpool se colocaron avisos de que la tienda cerró a nivel nacional hasta que las condiciones sean ideales para seguir con las actividades de manera habitual, y en el Centro Joyero de Palma 5, la mayoría de los locales estuvieron cerrados y sólo estuvo abierta una de las tres cortinas del acceso principal, luego de que el viernes sujetos irrumpieron para robar.

En general, los negocios de la zona colocaron cartulinas en las que avisaban a sus clientes del cierre, aunque en tiendas departamentales informaron que se pueden hacer compras por Internet con promociones a meses sin intereses o los descuentos que se tenían en las tiendas.

Tras la declaratoria de emergencia sanitaria por Covid-19, las calles del Centro lucieron semivacías, aunque se pudo ver a algunas familias completas, parejas o grupos de amigos que justificaron no estar en casa porque salieron a realizar alguna compra urgente.

En los supermercados continuó la afluencia de personas sin seguir las medidas de sana distancia; en el Walmart ubicado en la colonia Estrella, en Gustavo A. Madero, se vio a decenas de personas reunidas en torno al área de alimentos perecederos, como chiles, jitomate y cebolla.

Sigue el racionamiento

En algunos pasillos se encontraron grandes cajas frente a los anaqueles repletos de botellas de aceite, frijol y arroz; sin embargo, continúa el aviso de que sólo se pueden adquirir tres unidades por familia. Las filas de pago lucieron abarrotadas, como la destinada al pago de menos de 20 productos, que daba la vuelta completa debido a la cantidad de personas formadas.

También en tiendas que surten al mayoreo se registraron largas filas, por lo que continuó el control del acceso de clientes en tiendas como Costco para evitar aglomeraciones que contribuyan a la propagación de Covid-19.

Además de limitar el ingreso a la tienda, también está limitada la venta de determinados insumos, como papel higiénico, servilletas, toallas desechables, productos de limpieza y alimentos de la canasta básica, como huevo, comentó la señora Carmen Villa, quien esperaba en la fila de la tienda ubicada en el sur de la capital y quien celebró la medida del negocio, porque la gente estaba comprando como desesperada; peleaba por llevarse el papel sanitario, recordó.

En tanto, líderes de los tianguis San Felipe de Jesús y La Raza, que se instalan en calles de Gustavo A. Madero, acordaron no instalarse el próximo domingo para evitar el riesgo de contagio de Covid-19 y su propagación.