Estambul. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, instó ayer a Grecia a abrir sus puertas a los miles de migrantes que llegan procedentes de su territorio.

Estas personas no permanecerán en Grecia. Transitarán hacia otro país europeo, argumentó Erdogan en una reunión en Estambul para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, durante la cual condenó la intervención de las fuerzas de seguridad griegas contra los inmigrantes en el cruce fronterizo Pazarkule.

Las autoridades turcas afirmaron que hasta ahora tres refugiados han sido abatidos a tiros por la policía griega, lo que Atenas rechaza con firmeza.

Turquía alberga a más de 3.7 millones de refugiados sirios. Otro millón y medio ha inundado su frontera con Siria, en su mayoría mujeres y niños, que huyeron de la guerra civil en la provincia de Idlib.

Erdogan aseguró que este conflicto no ha recibido la atención apropiada del mundo. Hemos firmado un cese al fuego, aunque temporal. Es mi deseo que permanezca vigente, sostuvo el líder turco, en referencia al acuerdo de alto el fuego en Idlib alcanzado por las delegaciones turca y rusa en Moscú el jueves pasado.

En tanto, el ministro griego de Migración y Asilo, Notis Mitarachi, anunció la suspensión del pago de los subsidios a refugiados a quienes ya se les concedió asilo en Atenas, al tiempo que un centro de refugiados se incendió en la isla de Lesbos, informó el servicio de bomberos. Las llamas causaron daños considerables en un almacén, pero no hubo heridos.

Se trata del segundo incendio en una instalación construida para migrantes, después del ocurrido el pasado lunes, que fue provocado.