Sus colores varían. Pueden ser amarillos, verdes, anaranjados o rojos. De todos tiene el pimiento morrón. Pero hay uno que no se cocina, más bien fascina. Lo hace con su música, que, sostiene, es también policromática.

Del pimiento del que hablamos no sólo tiene vida propia, sino hace canciones de variados géneros como el rock, el norteño, el son o la cumbia, los cuales ha interpretado en el Parque Naucalli y el Complejo Cultural Los Pinos, entre otros foros, donde ha cultivado en los niños, asegura, el amor por la vida.

Pimiento Morrón es un grupo en el que Ashari canta, Rodrigo le pega a la batería, Remi explota los teclados y Rosendo los cubre con su bajo. Y por ahí, siempre en hiperactividad, aparece su fan número uno, quien es también su clown animadora: Forofo.

Atrás están la productora Carmen Huete y Alberto Domínguez, autor de las primeras canciones del combo y director artístico. Su idea es que por medio de la expresión musical se fortalezcan las relaciones entre padres e hijos y de éstos, con el entorno social.

Aunque tienen su canal en YouTube y sus piezas pueden conseguirse en la plataforma Spotify, consideran que la interacción en vivo con los pequeños los ha animado a crear historias que tienen que ver con los miedos, las manías y los gustos.

Este sábado volvieron a pintar los tonos y las armonías de sus rolas con sus pigmentos sonoros. Lo hicieron otra vez en Los Pinos, donde pequeños de todas las edades bailaron con los que ya son los éxitos de la agrupación: Sombras en la oscuridad, El baño, Mis abuelos, Velociraptor, ¿A dónde va?..., piezas que hicieron mover hasta a las lóbregas estatuas de los ex presidentes de México, efigies colocadas en la antigua residencia del Poder Ejecutivo, ahora tomada por visitantes, que se sorprenden hasta por disfrutar, gratis, de un concierto para niños de todas las edades como los que ofrece Pimiento Morrón.