Martes 31 de diciembre de 2019, p. 8
Stan Lee se hizo inmortal al fundar una mitología para el siglo XXI cocreando cientos de personajes, en especial superhéroes, que se presentaron durante la década de 1960 en cómics editados por la editorial estadunidense Marvel y que hoy son protagonistas de muy exitosas franquicias cinematográficas.
Desde 1989 y hasta su fallecimiento en 2018 a los 95 años, Lee buscó hacer cortas apariciones súbitas en las películas inspiradas en sus personajes, lo que le dio fama a escala global. Sus detractores le reprochan haber explotado su imagen y a sus personajes, minimizando a los dibujantes con quienes colaboró, que en muchas ocasiones fueron los autores primigenios de sus relatos y personajes más conocidos.
El principal ilustrador de las historietas escritas por Lee fue Jack Kirby (1917-1994), quien en 1941 presentó al Capitán América en cómics realizados por guionista Joe Simon. Casi 20 años después, Lee y Kirby fundaron un universo lleno de seres prodigiosos, desde los mutantes Hombres X hasta Galactus, el devorador de mundos, pasando por Thor, Dios del Trueno; Daredevil, ciego con sentidos sobrehumanos; Los 4 Fantásticos, que obtuvieron poderes al exponerse a rayos cósmicos, y un fenomenal muy largo etcétera.
Con el ilustrador Steve Ditko engendró en 1962 al asombroso Hombre Araña, su personaje más querido en el mundo, ante todo por poseer un gran poder que le implica afrontar una gran responsabilidad, y no obstante ser en su vida cotidiana un sujeto como cualquier otro, con inestabilidad económica, familia y amigos. Lee atribuía parte de la popularidad del arácnido a que al llevar una capucha cerrada que le ocultaba incluso los ojos, cualquiera podría identificarse con él al imaginarse estar bajo la máscara.
Una clave para el éxito de las historietas escritas y/o dirigidas por Lee fue presentar seres superpoderosos llenos de defectos: inseguridad, ambición, temores, obsesiones, irascibilidad. Todos los actores en sus dramas debían ostentar máculas en sus armaduras brillantes.
Lee dejó muy de lado su labor como escritor de cómics a principios de los años 70, primero por atender asuntos más administrativos que creativos en Marvel, y luego como productor de series de dibujos animados y con actores para la televisión.
Siempre que tenía oportunidad, en convenciones de cómics, televisión, radio y recintos universitarios, Lee promovió la lectura en general, y de cómics en específico. En su biografía Stan Lee: asombroso, fantástico, increíble. Unas memorias maravillosas (Planeta, 2019), afirmó que una de las (charlas) más impresionantes
que ofreció fue en la convención Conque de 1996, a la cual fue recibido por una multitud que abarrotó la explanada del Centro de Congresos Centro Médico Nacional Siglo XXI, en la Ciudad de México.