La carga administrativa afecta a dos de cada 10 directores de planteles de bachillerato público federal y estatal en México, lo que representa uno de los principales problemas en su quehacer profesional. A ello se suma la falta de tiempo para acceder a procesos de formación; mantener esquemas de evaluación y retroalimentación con sus docentes, e incluso, la intervención del sindicato en actividades académicas.

De acuerdo con los resultados de la encuesta Características de los directores de educación media superior, elaborada por la Subsecretaría de Educación Media Superior (SEMS), la falta de involucramiento de los padres en el desempeño de los alumnos; la apatía y falta de motivación de los alumnos e incluso los problemas de adicción, la indisciplina y la falta de recursos para cubrir necesidades básicas de alimentación, materiales, higiene, vestido y transportes de los adolescentes se ubican entre los principales retos que debe atender el personal directivo.

El estudio, realizado por la Coordinación Sectorial de Desarrollo Académico (Cosdac) de la SEMS, aborda diversos parámetros del personal directivo, entre ellos los problemas de salud o de incapacidad, pues 38.1 por ciento dijo tener problemas de visión que no se corrigen con lentes; 31.9 por ciento manifestó tener algún impedimento o dificultad para caminar o subir escaleras, y 10.6 por ciento afirmó tener problemas para concentrarse, recordar o aprender.

La encuesta, aplicada a través de un cuestionario en línea a casi 3 mil directores de bachillerato público de todo el país, revela que 44.8 por ciento cuenta con licenciatura; 43.6 han cursado una maestría y 5.6 un doctorado. 96.6 por ciento está adscrito a un solo plantel, aunque sólo 66.1 tiene plaza o base.

Al menos 21.5 por ciento de los directores encuestados indicó que su labor le producía estrés frecuentemente o muy frecuentemente; mientras 20.7 por ciento señaló que le genera frustración el que sus alumnos no logren los aprendizajes esperados, situación que enfrenta ocasionalmente el 42.1 por ciento de los directivos.

De los directores encuestados siete de cada 10 dijeron que ser director le produce felicidad y es optimista en su labor, frente al 3.6 por ciento que nunca o pocas veces se siente así, y sólo 3 por ciento, ocasionalmente.