Antes de que ustedes nos olviden, el reciente disco de Los Ángeles Negros, es relevante para esta agrupación chilena, que celebra 51 años de vida artística.

La producción –38 de su catálogo– fue grabada durante la presentación del conjunto en el teatro Metropólitan de la Ciudad de México hace cinco meses y contiene una treintena de melodías que en esa ocasión interpretaron.

“‘Mientras más arriba estás, más debes aplicarte’, sostenía mi padre, y eso hacemos”, expresó Mario Gutiérrez, guitarrista y director del conjunto que integran seis elementos chilenos y mexicanos.

El grupo nació en una escuela de San Carlos, población del sur de Chile, y entre sus logros hay ventas millonarias de algunos temas, como Y volveré, Déjenme si estoy llorando y Murió la flor, temas que los han colocado como uno de grupos que más discos han vendido, a decir de Gutiérrez, quien, como sus paisanos, ha anidado en México.

Germaín de la Fuente, cantante original

“Aquí hemos permanecido todos estos años y nos siguen identificando –añade–, al contrario de lo que ocurriría en nuestro país, donde la vigencia de los artistas sobrepasa, acaso, año y medio.”

A su llegada a México los acompañaba el vocalista Germaín de la Fuente, quien imprimió su singular tesitura a los éxitos mencionados y permaneció con la agrupación hasta 1974.

Lo cromático del nombre nació por oposición a otro conjunto chileno, Los diablos azules, explica Luis Astudillo, el baterista, quien recuerda que desde que llegaron a México, hace 32 años, ya sus discos se escuchaban en las radiodifusoras; después hicieron otros éxitos como Debut y despedida. Su agenda para el próximo año arrancará los primeros días de enero en Acapulco y de ahí al resto del país con posibilidad de ir al mercado hispano de Estados Unidos y de Centroamérica.