Domingo 22 de diciembre de 2019, p. 4
Madrid. Tras El irlandés, la monumental película de Martin Scorsese producida por Netflix, el legendario director se plantea la retirada. En vista de las dificultades de hacer más filmes en un mercado cada vez más complejo, no tiene claras sus opciones a futuro: No sé cuántas más podré hacer, quizás esta sea la última cinta
.
En una entrevista concedida a The Guardian, Scorsese señaló que los cines están dominados por películas de superhéroes
, en la línea de sus últimas declaraciones en torno a Marvel y el estado de la industria cinematográfica. Me parece bien si quieres ver estas cintas. Mi problema es que no hay espacio para otro tipo de obras
, señaló.
No sé cuántas más podré hacer, así que tal vez esta sea la última película. Por lo tanto, la idea era, al menos, lograrla y puede que algún día que la proyecten en el National Film Theatre de Londres o la Cinemateca de París. No es broma
, explicó, haciendo de nuevo alusión a la complejidad de estrenar películas en las salas comerciales.
Proyecto en camino
“En salas con 12 pantallas, 11 están ocupadas por películas con superhéroes. Está bien si te gustan los superhéroes, pero, ¿de verdad necesitas 11 salas? Es imposible para cintas como Lady Bird, que no necesita ser muy comercial pero es modesta y genuina, y termina encontrando un gran público. Que una película sea comercial no significa que no pueda ser arte”, insistió.
Por tanto, parece que las dificultades que el director pasó para rodar El irlandés, sumadas a la compleja situación de la industria audiovisual, hacen que Scorsese se plantee si continuar con su carrera, algo lógico teniendo que cuenta que su último trabajo, que empezó su camino en Paramount, fue rechazado cuando el presupuesto superó 100 millones de euros.
No obstante, el realizador ya prepara Killers of the Flower Moon, proyecto que tiene previsto comenzar a rodar en marzo de 2020.
Contará con dos de los actores fetiche de Scorsese, Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, y está basada en el libro homónimo de David Grann, que narra una serie de asesinatos investigados por la FBI que fueron perpetrados a principios de los años 20 en Oklahoma.