Siria y México son los países con las mayores cifras de periodistas muertos por el ejercicio de su profesión en este año, reportó ayer el Comité de Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) en su balance 2019, que registró 25 informadores asesinados, la cifra más baja desde hace 17 años.

De acuerdo con el informe, entre el primero de enero y el 13 de diciembre de este año, en Siria murieron siete trabajadores de la comunicación, mientras en México ocurrieron cinco asesinatos; en Irak y Somalia contabilizaron dos casos, cada uno, y en Honduras, Haití, Gran Bretaña, Ucrania, Libia, Ghana, Nigeria y Chad se perpetraron uno en cada nación.

El actual conteo es el más bajo desde su reporte de 2002, cuando 21 periodistas murieron por causa de su trabajo, y se destaca por ser la estadística anual más pequeña en los registros de la CPJ –elaborados desde 1992– de comunicadores fallecidos por ser blancos selectivo de asesinato, al contarse 10 casos.

La CPJ argumentó en su estudio que el descenso en los casos de asesinato ocurre en momentos cuando el mundo ha prestado una atención sin precedentes al problema de la impunidad en los crímenes contra periodistas, en gran medida debido a casos notorios y recientes que siguen repercutiendo, entre ellos el del comunicólogo saudita Jamal Khashoggi y el de la maltesa Daphne Caruana.

El comité determinó que México es un lugar donde los esfuerzos para combatir la impunidad aparentemente no han tenido efecto y por tercer año consecutivo el país se sitúa en segundo lugar después de Siria. Indicó que, además de las cinco decesos de este año, aún determina si otros seis se debieron por el ejercicio del periodismo.

Al menos dos de los periodistas asesinados este año debido a su trabajo buscaron protección bajo el Mecanismo Federal de Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas de México, un programa que se presentó como un ejemplo regional para la libertad de prensa cuando se creó en 2012, pero eso ha sido crónicamente insuficiente e ineficaz, detalla el texto.

La organización internacional apuntó que “en noviembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en una conferencia de prensa que la institución recibiría recursos ilimitados y se comprometería con una lista de recomendaciones hechas por la oficina local del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Aun así, es difícil sentirse optimista en un entorno en el que las investigaciones de asesinatos son profundamente defectuosas y donde los periódicos sienten la necesidad de anunciar que frenarán los informes confidenciales por la seguridad de su personal, agregó.

Los recientes casos en Siria, donde como mínimo 134 periodistas han muerto por la guerra civil iniciada en 2015, han disminuido en relación con su máximo histórico de 31, alcanzado en 2012, según en el informe. El Equipo de Respuesta ante Emergencias del CPJ ha proporcionado activamente recomendaciones de seguridad prácticas y ha ayudado a periodistas desesperados en el país árabe.

En este contexto, América Latina, con México a la cabeza, es tan peligrosa para los periodistas como un Medio Oriente golpeado por las guerras, reportó ayer la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) en su balance 2019, que da cuenta de 49 informadores asesinados en el mundo, la cifra más baja en 16 años.

Con 14 muertos –10 en México, dos en Honduras, uno en Colombia y uno en Haití–, América Latina sigue siendo una región particularmente inestable y peligrosa para los profesionales de la información, dice RSF.

El informe completo de la CPJ se encuentra en https://bit.ly/2r7VAPm