Viernes 29 de noviembre de 2019, p. 14
La mayoría de las personas refugiadas en México dependen de trabajos sin contrato y eventuales, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Población Refugiada en México (Enpore) 2017, del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.
El trabajo da cuenta que 62.6 por ciento de las personas refugiadas en el país tiene como máximo grado de estudios entre la primaria y la preparatoria completa; 14.2 no terminó ningún grado de estudios y 10.5 por ciento concluyó la licenciatura. De los niños, niñas y adolescentes en edad escolar, 67 por ciento no asiste a ningún centro educativo.
Casi la mitad de las personas refugiadas, 47.2 por ciento dijeron sentirse muy integradas en México y 29.3 por ciento algo integradas, mientras que sólo 1.3 por ciento indicó sentirse nada integrada.
De acuerdo con el texto, publicado por el Acnur, 76.1 por ciento de las personas provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador salieron de su país debido a la violencia generalizada derivada de la presencia de pandillas en esa zona.
Durante el periodo que abarca el estudio respecto a los años en que las personas refugiadas iniciaron su proceso de asilo incluye el año 2014, en el que ocurrió una salida masiva de estos tres países debido al aumento de la presencia y violencia por parte de las maras.
Los peligros que enfrentan los refugiados en su camino a México están estrechamente relacionado con la manera en que llegan al país. Una persona que se interna a territorio nacional vía terrestre puede enfrentar asaltos, extorsiones o violencia sexual, mientras que aquellos que lo hacen por aire, son devueltos sin poder pedir asilo ni recibir protección.
El documento concentra datos de 777 personas refugiadas y 208 solicitantes de la condición de refugiado provenientes de 13 países y cuatro continentes; además de 2 mil 801 miembros de las comunidades locales.
En el trabajo se detalla que los resultados del estudio servirán como insumos para el desarrollo de políticas y programas de atención a personas que han encontrado refugio en México.