Las grietas en Iztapalapa afectan a por lo menos 17 mil viviendas, que se suman a las 2 mil 400 que se tienen detectadas en calles, según el diagnóstico de la alcaldía y el Gobierno de la Ciudad de México, que estimaron que su mitigación llevará dos años.

En el primer caso, dijo la alcaldesa Clara Brugada, la situación se atiende como parte del proceso de reconstrucción por el sismo del 19 de septiembre de 2017; mientras en el segundo, desde mayo pasado se realizan obras de relleno que en varios casos incluyen la sustitución de redes de agua potable y drenaje.

Al señalar que hasta ahora se han concluido trabajos en 500 grietas en calles, indicó que se prevé que en 2021 se concluya la mitigación de todas, 400 de ellas, las más graves, serán intervenidas por el Sistema de Aguas de la Ciudad México (Sacmex).

Afirmó que por vez primera se realiza una intervención tan grande para atender esta problemática, con un trabajo basado en estudios realizados por el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México. Subrayó que será tarea de los próximos gobiernos dar mantenimiento a las obras para evitar que vuelvan a abrirse las grietas.

Por ello, agregó, se realizará un registro con la ubicación de cada una, así como un manual para su mantenimiento.

Ayer, Brugada Molina y el director del Sacmex, Rafael Carmona Paredes, supervisaron los trabajos que se realizan en la colonia Santa María Aztahuacan, donde se tienen detectadas 165 grietas, de las cuales 23 son consideradas de mayor riesgo.

No vamos a descansar hasta que Iztapalapa quede libre de los problemas que generan las grietas, expresó la alcaldesa, quien agregó que también se resolverán las inundaciones en la zona nororiente de la demarcación, donde el gobierno central realiza 11 obras.

A éstas, señaló Carmona Paredes, el gobierno capitalino destina 150 millones de pesos para la sustitución de redes de agua potable y drenaje, trabajos que se realizan en cuatro etapas.

Dijo que la mitigación de grietas se realiza mediante un sistema de caja disipadora de tensiones en el suelo, que evita la ruptura de pavimento y tuberías, lo que permite alargar la vida útil en zonas de fracturamientos.