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Desde otras ciudades

La urbe alemana que ha sufrido la destrucción y división resurge en el renacimiento cultural

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▲ Cerca de la estación Berlín Ostbahnhof se encuentra la famosa discoteca Berghain, a la cual los jóvenes amantes de la música electrónica consideran una catedral.Foto Dpa
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or segunda vez desde la caída del Muro de Berlín hace 30 años, la capital alemana experimenta un profundo cambio en su geografía y estatus.

El detonante fue la rapidez con que la ciudad adquirió relevancia como destino turístico y cultural. El ritmo del cambio no se ha ralentizado: las edificaciones nuevas en Berlín aumentaron 13 por ciento en 2018 con relación al año precedente, y se estima que la ciudad recibe a unos 40 mil nuevos residentes cada año.

La inauguración prevista para el año que viene del reconstruido Palacio Real de Berlín, ubicado en el renombrado bulevar Unter den Linden (Bajo los Tilos), conllevará el renacimiento del centro histórico, cuyo esplendor se esconde actualmente tras las barreras que delimitan las obras en curso del inmueble.

Con una historia que se remonta al siglo XV y la reconstrucción que ha supuesto la inversión de 600 millones de euros (670 millones de dólares) el edificio del palacio, que lleva el nombre de Foro Humboldt, albergará un museo, un teatro, un auditorio, un cine y dos restaurantes.

Los inversionistas destinaron 2 mil 100 millones de euros (2 mil 300 millones de dólares) en las startups con presencia en la ciudad durante el primer semestre del año, lo que supone un incremento de 28 por ciento comparado con el mismo periodo del año anterior, según la consultora Ey.

La transformación en curso podría denominarse la segunda gran renovación contemporánea de la ciudad.

El plan de reconstrucción masiva que se llevó a cabo tras la caída del muro, en 1989, restauró a Berlín como capital de la Alemania reunificada. En ese momento la inversión ayudó a cubrir los vacíos causados por el bombardeo que sufrió la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial y la división vivida durante la Guerra Fría.

Pero el auge ocasionado por la reunificación se desvaneció rápidamente a medida que desaparecieron puestos de trabajo y se inició el estancamiento económico tras el colapso de la economía dirigida y la industria de la ex comunista parte oriental.

El último renacimiento de Berlín tampoco está siendo del todo fácil. El aumento de la población y la escasez de viviendas hizo que autoridades lucharan para evitar el aumento desmedido del precio de los alquileres, así como para mantener el carácter único de los barrios de la ciudad.

Pero aún quedan piezas por colocar en el rompecabezas de la última renovación berlinesa. Aquellos que esperan la apertura del aeropuerto no deben contener la respiración, pues las obras podrían retrasarse por enésima vez.

Dpa