Hermosillo, Son., Con danzas y cantos fúnebres, Raquel Padilla Ramos, historiadora de la etnia yaqui, asesinada por su pareja sentimental el jueves, fue despedida y homenajeada en el Museo Regional de Sonora, lugar donde ella narraba cientos de memorias y semblanzas, como parte de sus investigaciones.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) convocó a la ceremonia de cuerpo presente de Padilla Ramos, en el patio central del Museo Regional, sitio en el que en tiempos del porfiriato era penitenciaría de yaquis; en esta ocasión se convirtió en la primera mujer que es velada ahí.

La acompañaron amigos y compañeros, académicos, investigadores, escritores y activistas, así como sus hijos Raquel, Alfonsina y Emiliano.

Los integrantes de la etnia yaqui realizaron ceremonias propias de sus rituales fúnebres. Primero hombres y mujeres hicieron rezos, y después jóvenes bailaron la danza de los Matachines en homenaje a la destacada historiadora.

Personal del INAH expuso un cartel en el que lamentó la pérdida de una de sus investigadoras, y adviertió que se mantendrán vigilantes de un castigo ejemplar para el culpable de su muerte.

El personal del INAH en Sonora, compañeros y testigos de la productiva y ejemplar vida académica y personal de Raquel Padilla, nos unimos al dolor de su familia. Quedamos atentos a las diligencias y al proceso de aclaraciones de los deplorables hechos que llevaron a su muerte, publicó frente al féretro.

Diego Prieto Hernández, director general del INAH, lamentó el asesinato de su amiga y compañera, a quien describió como lo mejor del instituto, por su aportación al patrimonio histórico de México y Sonora.

El antropólogo destacó el compromiso que la doctora tenía con los pueblos de México, Sonora, y particularmente del pueblo yaqui, con el que siempre trabajó en su tarea como investigadora.

Padilla Ramos fue profesora investigadora del INAH en Sonora, licenciada en ciencias antropológicas en la especialidad de historia (1987-1991), por la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán, y titulada con la tesis Yucatán, fin del sueño yaqui, presentada en febrero de 1993.