Política
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Nosotros ya no somos los mismos

La relación de un adjetivo ofensivo y los misterios de Rosario Robles // Incógnitas del pacto de impunidad que dicen existe

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▲ El empresario Carlos Ahumada –en la foto durante su detención en agosto pasado en un aeropuerto de Argentina a petición de la Interpol México– aportó a la historia política de Rosario Robles que ahora la tiene tras las rejas.Foto Ap
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UB-OJETE! Cuando Gabriela engarza este epíteto, en la letanía de denuestos que ella y la otra rosa del mismo aroma, o sea Marlene, le dedican a Marco Antonio Lesur, a quien ambas acostumbran llamar Tony, en sus respectivas intimidades, el auditorio que asistió al Teatro Coyoacán el 18 de julio de 1986, al avant premiere, de Rosa de dos aromas, una de las obras más conocidas y festejadas del extraordinario dramaturgo veracruzano Emilio Carballido (1925), le dio la bienvenida, con sonoro aplauso y estruendosa carcajada al nuevo vocablo que, sin duda alguna, contribuía a enriquecer nuestro idioma.

De allí en adelante, generación tras generación, que por más de 30 años ha gozado de esa obra, ha validado, con idénticas expresiones de aprobación y júbilo, la conjunción de estas cuatro sílabas que resumen, en una sola palabra, los sentimientos, los sentires, las muinas, los rencores que en otomí, náhuatl, totonaca, zapoteco y mexicano nuestras mujeres han querido, en miles de muy justificadas ocasiones, gritarle a un hermano, novio, pareja, profesor, confesor y hasta papá: ¡sub-ojete!

Había pensado presentarles un análisis etimológico, morfológico, fonético, sintáctico, semántico de este adjetivo tan decidor, pero preferí, por hoy, agotar los misterios del Santo Rosario y la correspondiente versión de doña Rosario y sus misterios personales que son, en número y frecuencia, muy menores a los que aluden al gozo, gloria y luminosidad de que ella disfrutó a cabalidad durante varios sexenios. A ustedes les toca el juicio, yo me concreto a aportar alguna información, no sin antes aclarar que: “yo tengo otros datos…”

Como está volviéndose costumbre, todavía no sale a la luz la columneta y ya dentro de la multitud hay gente que, mesándose la cabellera, exige que explique qué tienen que ver mis primeros párrafos con el asunto central que trato en esa fecha. Hoy, por ejemplo, exigen que se les aclare qué relación hay entre el maestro Carballido, Rosa de dos aromas, Marlene (Gina Morett), y Gabriela (Ana Bertha Espín), con los misterios dolorosos de doña RR.

Procuro atender el reclamo. Dentro delos mínimos momentos difíciles que la vida de RR registra, la casi totalidad de ellos tienen que ver con dos hombres: Carlos Ahumada y Enrique Peña Nieto. Los dos la ilusionaron, le prometieron pero, según ella, le quedaron a deber.

El primer golpe se debe al argentino Ahumada. Él le ronroneó al oído un tango inusitado: tenía final feliz. Y ella creyó –no la culpen de golpe–, respondía, como el escorpión, al instinto, a su naturaleza. ¿Entonces, Carlos, todo tu apoyo a mis ideas, a mi partido a mi presidenciable futuro no era más que tango y licitaciones amañadas para que tus empresas reconstruyeran en las delegaciones perredistas a la muy menguada Gran Tenochtitlan? El siguiente misterio doloroso se lo propina su partido al acusarla de una serie de delitos y expulsarla de la organización. El tercero fue de una crueldad innecesaria, pero totalmente explicable, vista desde la patología de quien la llevó a cabo: Vamos, Rosario, ponte la banda presidencial que usé la última vez que podía hacerlo. Mira, te queda, y te va a quedar muy bien.

Pero una verdadera infamia fue la indulgencia plenaria que la libraba de sus múltiples pecados cardinales y de lesa mexicanidad que le fue otorgada públicamente en la fajosa, pero mentirosa expresión: no te preocupes, Rosario, pese a que el otorgante sabía que ella no estaba inscrita en ningún pacto de ¿inmunidad, impunidad? que las lenguas viperinas dicen que existe.

Pues pese a todo el muestrario anterior, el momento estelar de los misterios dolorosos de RR es otro, y es el que explica la interrogante sobre la relación entre su cruento drama y el juguete cómico del maestro Carballido, Rosa de dos aromas. Permítaseme ponerlo a su consideración el próximo día 14, o corro el riesgo de que, por lento, me dejen fuera este lunes 7.

Twitter: @ortiztejeda