Washington. La guerra comercial del presidente Donald Trump con China, que hasta el momento era principalmente una idea abstracta para los consumidores estadunidenses, está a punto de afectarlos.

A partir de hoy el gobierno de Estados Unidos aplicará aranceles de 15 por ciento a importaciones chinas, unos 112 mil millones de dólares, las cuales incluyen artículos que van de relojes inteligentes y televisores a zapatos, pañales, equipos deportivos y productos lácteos y cárnicos.

Por vez primera desde que Donald Trump comenzó su guerra comercial, los estadunidenses enfrentan la posibilidad de aumentos de precios, porque muchas compañías de Estados Unidos dicen que se verán obligadas a transferir a los consumidores los incrementos que pagarán para adquirir bienes chinos.

Durante más de un año las dos mayores economías del mundo han estado enfrascadas en un duelo de aranceles.

Ambas partes han sostenido conversaciones periódicas en las que, aparentemente, se ha logrado poco a pesar de destellos de posibles avances sustanciales. Mientras tanto, han impuesto aranceles recíprocos sobre miles de millones de productos, en una desavenencia en torno a lo que los analistas dicen son las estrategias depredadoras de Pekín en su intención por convertirse en la máxima superpotencia en alta tecnología.

Hasta ahora los consumidores estadunidenses no han sentido las consecuencias de todo ello. El gobierno de Trump había dejado la mayoría de los productos de uso diario en el hogar fuera de la lista de aranceles (que hasta la fecha incluye productos chinos por 250 mil millones de dólares) y se enfocó en los productos industriales.

Sesenta y nueve por ciento de bienes de consumo

Pero eso está a punto de cambiar. Cuando los nuevos aranceles de Trump entren en vigencia, este domingo, 69 por ciento de los bienes de consumo que los estadunidenses adquieren de China enfrentarán impuestos de importación, en comparación con el 29 por ciento actual.

Y eso no es todo. El 15 de diciembre comenzarán a aplicarse tarifas más elevadas a otra serie de productos chinos valorados en 160 mil millones de dólares. Para entonces, aproximadamente 99 por ciento de bienes de consumo fabricados en China e importados a Estados Unidos estarán pagando aranceles, según cálculos de Chad Bown, del Instituto Peterson para la Economía Internacional.

En total, la guerra comercial de Trump habrá incrementado el gravamen promedio a las importaciones chinas de 3.1 por ciento en 2017, antes de que comenzaran las hostilidades, a 24.3.

El punto fundamental es que, por vez primera, la guerra comercial de Trump probablemente provocará un incremento directo en los precios de muchos artículos para el hogar de precio accesible, como ropa, zapatos, juguetes y artículos electrónicos para el consumidor, escribió Bown en un informe.

Durante meses, Trump –quien hizo la famosa frase de que las guerras comerciales son fáciles de ganar– afirmó falsamente que China era la que pagaba los aranceles y que éstos no afectaban en nada a los estadunidenses.

De hecho, los importadores en Estados Unidos pagan las tarifas. Ahora tendrán que tomar una decisión muy riesgosa: absorber ellos el incremento en los costos y aceptar ganancias menores, o pasar el alza en los precios a sus clientes y arriesgarse a perderlos.