Amenaza la seguridad del país, asegura putin
respuesta simétricadespués de la prueba de un nuevo misil estadunidense. En palabras del mandatario, Rusia no quiere involucrarse en una costosa y desgastante carrera armamentista, pero no puede quedarse cruzada de brazos.Foto Ap
Sábado 24 de agosto de 2019, p. 21
Moscú. Tras acusar a Estados Unidos de forzar su salida de uno de los primeros pactos de desarme nuclear de la llamada guerra fría para poder desarrollar misiles de corto y mediano alcance que estaban prohibidos y que por su rango de operación (de 500 a 5 mil 500 kilómetros) podrían ser instalados cerca de la frontera rusa, el presidente Vladimir Putin ordenó este viernes al Consejo de Seguridad diseñar una respuesta simétrica
–es decir, recíproca– a lo que denominó nueva amenaza a la seguridad de Rusia.
Putin convocó a los integrantes de la máxima instancia en materia de seguridad de este país –el primer ministro y los titulares de Defensa, Relaciones Exteriores e Interior, entre otros– para evaluar riesgos
en relación con el ensayo estadunidense de un misil crucero Tomahawk que, el domingo anterior, según confirmó el Pentágono, impactó un blanco a 500 kilómetros de distancia.
La prueba de ese misil ocurrió tan sólo 16 días después de que la Casa Blanca abandonó el Tratado INF (por sus siglas en inglés), lo cual para el mandatario ruso demuestra que Estados Unidos desde hace tiempo tenía la intención de fabricar armamento proscrito.
Es evidente que un ensayo así no puede ser resultado de una improvisación y requiere ser preparado con mucha antelación
, apuntó Putin y añadió: Esto sólo confirma que teníamos razón al expresar antes nuestra preocupación
.
La Unión Soviética y Estados Unidos acordaron en 1987 destruir ese tipo de misiles nucleares que tenían instalados en Europa y, si bien ahora Washington declara que no piensa emplazar ahí los nuevos artefactos, sino en Asia, Rusia no le cree y se considera afectada por dos razones.
La primera es obvia, también tiene un vasto territorio asiático y, la segunda, el tipo de sistema de lanzamiento vertical utilizado en la isla de San Nicolás, frente a las costas de California, que Estados Unidos aseguraba que, creado con fines defensivos, no servía con misiles de crucero Tomahawk de emplazamiento marítimo, que son armamento ofensivo.
Ciertamente el mecanismo de lanzamiento Mark 41 –sostiene Putin– forma parte del sistema estadunidense de defensa antimisiles Aegis Ashore en Europa, pero nadie garantiza que no pueda utilizarse para lanzar misiles de ataque desde las bases en Rumania y Polonia.
Rusia, en palabras de su presidente, no quiere involucrarse en una costosa y desgastante carrera armamentista, pero no puede quedarse cruzada de brazos.
Ya en marzo de 2018, Putin dio a conocer la respuesta asimétrica
rusa al presentar misiles hipersónicos y otros novedosos armamentos nucleares que, según él, nadie tiene y a largo plazo deben mantener el equilibrio estratégico.
Ahora –aunque Rusia tenga un gasto militar inferior a Estados Unidos y otros seis países–, debe sopesar cuál será su respuesta simétrica
(esto es, que represente la misma amenaza) al reciente ensayo del misil estadunidense de corto alcance.