Viernes 23 de agosto de 2019, p. 19
La informalidad y los bajos ingresos se enquistan en el mercado laboral mexicano, donde hay 54 millones 936 mil 719 de trabajadores, cuatro de cada 10 son informales y simultáneamente perciben menos de 6 mil pesos al mes, refleja la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al segundo trimestre de 2019.
El círculo de informalidad e ingresos bajos, que atrapa a 22 millones de trabajadores, tiene que ver en gran medida con que la economía lleva años sin la capacidad para crear empleo formal frente al número de jóvenes que se integran cada año a la demanda de trabajo, informó Mauricio Delajara, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
El crecimiento económico, que más o menos venía a un ritmo de 2.1 por ciento a nivel agregado, generaba alrededor de 600 mil puestos de trabajo formales al año y se calcula que entran al mercado laboral más de un millón de jóvenes. Entonces, llevamos mucho tiempo con un déficit de creación de empleo
, detalló en entrevista.
Tres millones sólo viven de propinas
Los datos del Inegi exhiben que si bien 56 por ciento de los trabajadores en México son informales, entre esta población permean las malas condiciones salariales. De los cerca de 31 millones que de entrada no cuentan con reconocimiento laboral, 9 millones 387 mil 267 reciben menos de un salario mínimo; 9 millones 962 mil 96 ganan entre uno y dos salarios mínimos, y 3 millones 204 mil 845 no recibe ingresos. En este último rubro se incluyen a trabajadores dependientes de la empresa que no son remunerados (una práctica común en gasolineras) y a quienes perciben propinas por su trabajo.
“La gente se emplea en cualquier lado. Sí hay un déficit de empleos formales y tiene que ver con el número de empresas, con el crecimiento económico (…) así como con los costos del Instituto Mexicano del Seguro Social, que son demasiado alto para los trabajadores de menor ingreso. Para aquellos que ganan menos de uno o dos salarios mínimos son muy altos para sus ingresos y eso desalienta la formalidad”, añadió el investigador.
Problema en el comercio
El Inegi da cuenta de que el comercio es la actividad bajo la que se agrupan la mayor cantidad de personas informales, 20.6 por ciento de los más de 30 millones que lo hacen en este ramo, seguidos por quienes trabajan en el campo, ya sea la agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca, que abarcan a 19 por ciento más.
Destacan también las manufacturas, principales proveedoras de empleos en el país. De 9 millones 152 mil 454 de personas que trabajan en este sector –en gran medida vinculado con las cadenas productivas del comercio con la región de América del Norte–, uno de cada tres lo hace bajo un esquema de informalidad.
El reporte de Inegi también exhibe que es entre los asalariados –es decir, aquellas personas que trabajan en una empresa o entidad bajo el supuesto de un contrato– se agrupan más de la mitad de las personas sin reconocimiento laboral por sus patrones. Entre quienes afirmaron ser subordinados o remunerados, 16 millones 804 mil 304 también exhibieron que no cuentan con seguridad social o reconocimiento de quienes les emplean.
El gobierno es uno de los mayores captadores de empleados informales, según hace constar el Inegi; junto a empresas e instituciones capta a uno de cada cinco empleados de esos más de 30 millones de trabajadores que no cuentan con garantías laborales, 60 por ciento más que los que acepta el campo, un sector históricamente sumido en la informalidad.