Lunes 19 de agosto de 2019, p. 22
En México se requieren empleos de calidad para 11 millones 920 mil 914 mexicanos, es decir, formales, con ingresos y jornadas laborales suficientes, así como prestaciones sociales que permitan satisfacer las necesidades familiares, aseguró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
Calculó la cifra a partir de las personas que hasta el segundo trimestre del año se encontraban desempleadas (2.1 millones), subempleadas (4.2 millones) o disponibles para trabajar, pero que de plano desistieron de buscar empleo por considerar que no tenían oportunidad de encontrarlo (5.6 millones), de acuerdo con la más reciente encuesta de ocupación y empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Si bien el organismo empresarial admitió que los niveles de ocupación siguen aumentando, por lo menos a tasa anual aunque comparados con otros años son crecimientos bajos, remarcó que hay señales significativas que apuntan a un deterioro de la calidad del empleo
.
Del millón 151 mil 719 mexicanos ocupados al cierre del primer semestre del año, dijo, la mayoría se ubica en los niveles salariales más bajos. Otro signo de debilidad del mercado laboral, agregó, son las 16 mil 713 empleos nuevos, la mayoría eventuales, registrados ante elIMSS durante julio y que representan la cifra más baja para un mes similar desde 2005.
El sector privado se ha ufanado de ser el principal generador de puestos de trabajo en el país, pero el Ceesp justificó la carencia de empleos de calidad con la limitación de incentivos por el gobierno federal para estimular proyectos productivos y rentables, entre otros factores.
La única manera de reducir la pobreza de manera duradera, subrayó, es creando empleos de calidad, pero no se ha hecho lo debido para estimular la inversión pública y privada.
La aspiración de la población a mejores niveles de vida es legítima y clara. Sin embargo, los incentivos para invertir en proyectos productivos y rentables, que es la única forma de generar empleos, han sido limitados. La actividad económica se estanca, la debilidad del estado de derecho prevalece, la corrupción, la impunidad, la inseguridad y el exceso de regulación, entre otros factores negativos, siguen ganando terreno y limitan la posibilidad de un entorno más propicio para los negocios
, fustigó el organismo empresarial.