Roma. Marc Reig, capitán del barco humanitario Open Arms, aún anclado a pocos cientos de metros del puerto italiano de Lampedusa, describió ayer como explosiva la situación a bordo de la nave por la crisis clínica y sicológica que atraviesan los migrantes, a quienes el gobierno de Italia les impide desembarcar.

Hoy 134 personas quedan abordo, luego de que 13, entre enfermos y acompañantes, salieron de urgencia por razones médicas. La mayoría de los ocupantes son migrantes rescatados en el Mediterráneo; algunos llevan dos semanas en la nave.

Todo el mundo está sicológicamente roto. No podemos aguantar más esta situación. Cada segundo que pasa la bomba corre un segundo para atrás. O alguien corta el cable rojo y desactiva esta bomba ya o el Open Arms explotará, dijo Reig a la televisión pública española TVE.

Es inhumano. Estamos cerca de tierra y la gente podría ir nadando. Se quieren tirar al agua. Es insostenible. No pueden más”, agregó.

La organización Open Arms detalló en Twitter: Amenazas de suicido. Conatos de violencia. Todas las personas están física y sicológicamente rotas. Al límite. Necesitan ser evacuadas de forma inmediata.

En Roma, el ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, reiteró que no cederá para aprobar el desembarco del navío en Lampedusa, y consideró que la organización Open Arms se reía del mundo por enésima vez.

Para Salvini, el buque humanitario ha hecho piruetas en el Mediterráneo durante días con el único fin de recoger al máximo número posible de personas para llevarlos siempre y únicamente a Italia.

Francia, Alemania, Rumania, Portugal, España y Luxemburgo aceptaron el jueves pasado recibir a los migrantes del barco, pero el Open Arms ha argumentado que no se puede mover de las aguas de Lampedusa por falta de suministros y temor a que los indocumentados no resistan los traslados.

Por su parte, el alcalde de Lampedusa, Salvatore Martello, pidió que se autorice el desembarco de los migrantes y refugiados del Open Arms, además de que no haya gestos con cuentagotas, en referencia a las personas que sólo dejan la embarcación por problemas de salud graves.

El presidente del Parlamento Europeo, David Maria Sassoli, pidió en un comunicado a Italia que comprenda la gravedad y la urgencia humanitaria que existe a bordo de la nave y, en consecuencia, permita el desembarco en su territorio.

En este contexto, la Organización Internacional para las Migraciones divulgó que más de 800 migrantes han muerto o desaparecido en el Mediterráneo en su intento de llegar a Europa desde África entre enero y agosto de este año.