La pobreza en la Ciudad de México registró un ligero incremento durante la administración pasada y arroja indicadores preocupantes como que siete de cada 10 niños viven en hogares pobres, señaló la titular del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social (Evalúa) de la Ciudad de México, Araceli Damián González.

Los resultados de la medición de la pobreza multidimensional y la desigualdad en el periodo 2012-2018, que presentó ayer, señalan que en este año el índice se ubicó en 51.1 por ciento –dos décimas porcentuales más que la registrada cuando inició el anterior gobierno–, es decir, que al menos cinco cada 10 capitalinos viven en situación de pobreza.

Aunado a ello, agregó, en esos seis años se acentuó la desigualdad en la capital del país, al grado de que la media del ingreso per cápita del 10 por ciento de la población más rica es 18 veces mayor que la del 10 por ciento más pobre.

Lo anterior se debió, subrayó la funcionaria, a que el gobierno anterior se estancó en materia de política social, por lo que sólo se contuvo la pobreza extrema, pero no sacó a la gente de la pobreza, por la corrupción y uso clientelar de los programas sociales, además de que no hubo avances en la generación de empleos ni en la redistribución de la riqueza.

Es el caso, ejemplificó, de la pensión para adultos mayores, ya que la falta de cobertura a 150 mil beneficiarios fue una de las causas de que los índices de pobreza en ese sector registraran un incremento de 26.5 a 29.3 por ciento, en el periodo señalado.

Acompañada de la secretaria de Inclusión y Bienestar Social de la Ciudad, Almudena Ocejo Rojo, la directora de Evalúa confió en que con la política socioeconómica del actual gobierno pueda revertir esta tendencia, aunque, dijo, su impacto en la población más vulnerable se podrá empezar a medir hasta 2020.

Araceli Damián subrayó que el método que se utilizó para esta medición es totalmente diferente al utilizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), al establecer, por ejemplo, un ingreso mínimo mensual para vivir de manera digna, pero austera, de 4 mil 763 pesos en el medio urbano, frente a los 3 mil pesos establecidos por la instancia federal.

Criticó que para el Coneval únicamente 5 por ciento de los capitalinos vive en viviendas precarias, mientras Evalúa plantea que 50 por ciento de la población se encuentra en dicha situación y vive en condiciones de hacinamiento.

Lo anterior, dijo, porque el Coneval considera que las personas pueden dormir en la cocina, al establecer como indicador de hacinamiento 2.5 personas por cuarto, mientras Evalúa lo establece en dos personas por dormitorio, es decir, sin incluir otros espacios de las viviendas.

Los datos del Evalúa señalan que, hasta el año pasado, en la ciudad había un millón 600 mil personas en pobreza extrema y 2.9 millones en pobreza moderada, y que las personas de entre 51 y 64 años de edad es el grupo más afectado al registrar un crecimiento de siete puntos en los niveles de pobreza y pasar de 32.5 a 39.7 por ciento.

La medición arroja que las principales carencias tienen que ver con vivienda, seguridad social, agua y drenaje; y por el contrario, la energía eléctrica y el acceso a telefonía fija o móvil son necesidades prácticamente satisfechas.