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India revoca el estatus especial de Cachemira; enfrenta el rechazo inmediato de Pakistán
 
Periódico La Jornada
Martes 6 de agosto de 2019, p. 22

Nueva Delhi. India revocó ayer el estatus especial de Cachemira, la región del Himalaya que durante mucho tiempo ha sido un foco crítico en sus relaciones con el vecino Pakistán, avanzando en la integración plena de su único territorio de mayoría musulmana con el resto del país.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió a India y Pakistán que ejerzan contención, al tiempo que el Departamento de Estado de Estados Unidos llamó a Nueva Delhi a respetar los derechos humanos y mantener la paz en Cachemira.

En la decisión de mayor alcance en una de las regiones más militarizadas del mundo durante casi siete décadas, India dijo que suprimiría una disposición constitucional que permite a su estado de Jammu y Cachemira hacer sus propias leyes.

Ahora la Constitución será aplicable a Jammu y Cachemira, explicó Amit Shah, ministro del Interior, al Parlamento, aunque la oposición rechazó esta medida.

El gobierno también levantó la prohibición de que los no residentes compren propiedades, abriendo el camino para que ciudadanos indios inviertan y se instalen ahí, pero es probable que la medida provoque una reacción violenta en la región.

Pakistán, que también reclama derechos sobre Cachemira, condenó enérgicamente la decisión, destinada a tensar aún más los lazos entre los rivales con armas nucleares.

Como parte en esta disputa internacional, Pakistán ejercerá todas las opciones posibles para contrarrestar esta decisión ilegal, advirtió la cancillería en un comunicado.

India y Pakistán han librado dos de sus tres guerras por Cachemira, sacudida por una revuelta armada de casi 30 años en la que han muerto decenas de miles de personas.

India culpa de esa rebelión a Pakistán, que a su vez alega que respalda el derecho a la autodeterminación de Cachemira.

Horas antes, el gobierno indio lanzó una ofensiva de seguridad en la región y arrestó a los líderes regionales, suspedió los servicios telefónicos y de Internet, y restringió la circulación pública en la principal ciudad de Srinagar.