Nacido cubano, ha compuesto para Beyoncé o Natalie Cole
Domingo 4 de agosto de 2019, p. 6
Nueva York. Rudy Pérez es sinónimo de éxito en la industria musical: ha trabajado con luminarias como Beyoncé y Julio Iglesias, y es el único latino que ha recibido el premio Billboard al productor de la década. Menos conocida es la historia de lucha y superación del compositor, productor y arreglista cubano ganador de cinco Grammy.
Pérez, que en general ha optado por mantener una presencia discreta, ahora quiere inspirar a los jóvenes a que luchen por sus sueños a través de The Latin Hitmaker (El latino hacedor de éxitos), libro publicado la semana pasada por el sello cristiano Zondervan de HarperCollins, en el que cuenta cómo el chico nacido en la pobreza llegó a crear éxitos para Christina Aguilera, Il Divo, Natalie Cole, Michael Bolton, Marc Anthony, José Feliciano, Cyndi Lauper, Arturo Sandoval, Andrea Bocelli y otras estrellas.
Yo era un niño que tomó algunas decisiones equivocadas
, dijo el músico de 61 años, criado en el seno de una familia católica que llegó a Estados Unidos hace medio siglo, en una entrevista reciente. Pero la pasión por la música y por mi sueño venció eso y pude lograr el futuro que tengo en un país que me abrió las puertas como migrante, como refugiado
.
En el libro, coescrito por Robert Nolan y disponible en inglés y español, Pérez comparte momentos muy duros de su infancia: sus primeros cinco años los pasó visitando a su padre encarcelado por el régimen de Fidel Castro y cuando se disponían a salir de la isla con los Vuelos de la Libertad auspiciados por Estados Unidos, un agente detuvo a su madre en el aeropuerto en un hecho que hasta hoy recuerda como traumático.
“Estamos casi llegando al avión en medio de una fila de militares a cada lado con rifles, que ya eso era una cosa terrorífica para niños, cuando de pronto salió un guardia y se paró delante a mi mamá y dijo: ‘Todos ustedes pasen, ella no se va’”, contó.
Gracias a Dios que nosotros los niños fuimos tan rebeldes y lloramos tanto, hicimos una bulla tan grande, que pudimos lograr que la soltaran y al final mi mamá pudo salir de Cuba
, añadió en referencia a sus dos hermanas y un hermano.
Una vez en su ciudad adoptiva, Miami, fue objeto de acoso escolar por no hablar inglés; a los 15 años, ya en la secundaria, se vio obligado a unirse a una pandilla y terminó pasando seis meses en un centro de detención juvenil. Ese tiempo, aunado a su fe religiosa y con apoyo de su familia dio un giro radical a su vida.
Lo suyo era la música –tanto, que a los 13 pasó un año trabajando en una fábrica de alambre de púas y ayudando a su padre en obras de pintura y construcción para comprarse su primera guitarra eléctrica y amplificador–, y a la música se dedicaría.
Todas las batallas de salir de los barrios para hacer algo en la vida y llegar a ver las cosas tan extraordinarias que hice fue solamente por la gracia de Dios, por mi constante lucha de seguir y seguir y no detenerme a mirar hacia los lados
, dijo Pérez.
“La gente no tiene la menor idea del trabajo que invertí en mi carrera, las puertas que se me cerraron, las veces que dije ‘¿sabes qué?, me están diciendo que no, pero no es no para siempre; tal vez hoy, quizá mañana también, pero quizá la semana que viene me dicen que sí’. Yo era persistente, tenía mucho drive (empuje)”.
Ese drive lo llevó a componer más de mil canciones, cientos de las cuales han encabezado o figurado en las listas de popularidad, y le han merecido reconocimientos que incluyen 19 nominaciones al Grammy o Latin Grammy y cinco gramófonos dorados como productor y/o compositor, por títulos como Le Lo Lai y Por qué te tengo que olvidar de José Feliciano; Cosas del amor de Ana Gabriel y Vicki Carr; el álbum Mi reflejo de Christina Aguilera, y Aries de Luis Miguel.
El Latin Hitmaker habla de un país que lo recibió como migrante muy distinto a los Estados Unidos de hoy día. Pérez expresó su solidaridad con los migrantes, aunque se abstuvo de emitir juicios políticos.
Solamente puedo contar la historia mía; no puedo estar en el pellejo de ellos ni en sus zapatos porque solamente ellos y Dios saben lo que están pasando
, dijo con tono de preocupación. Pero lo que yo veo me hace tirarme de rodillas y orar por esas personas
.