Su candidatura fue declarada procedente
Schultz Alcaraz grabó conversación con la corresponsal de La Jornada y entregó el audio a Los Salazar
Jueves 1º de agosto de 2019, p. 12
Ciudad Juárez, Chih., El ex alcalde del municipio serrano de Chínipas, Hugo Schultz Alcaraz, se registró como candidato a dirigir al Partido Acción Nacional (PAN) en esa demarcación. El ex edil fue acusado de grabar ilegalmente a la corresponsal de La Jornada, Miroslava Breach Velducea, asesinada el 23 de marzo de 2017 y de entregar el audio a un sicario del crimen organizado.
El Comité Directivo Estatal del PAN no ofreció información sobre su aspirante, a pesar de que existen documentos en los que se comprueba su registro y que es el único que busca encabezar al blanquiazul en Chínipas, lo que se decidirá en elecciones internas el domingo próximo.
Un documento filtrado a medios muestra que Schultz Alcaraz tiene constancia de que es procedente su registro para buscar la dirigencia municipal panista en Chínipas. El documento no toma en cuenta que se señala al ex edil en la investigación sobre el asesinato de Breach Velducea, ni que la Fiscalía General del Estado (FGE) lo tiene, con otros miembros de Acción Nacional, como testigo protegido en este caso.
La comisión organizadora del proceso para la 30 asamblea estatal panista aceptó la candidatura de Hugo Schultz el pasado 18 de julio, en un documento firmado por la presidenta del organismo partidista, Ada Miriam Aguilera Mercado, quien es, además, secretaria jurídica del Comité Directivo Estatal.
Cuando Schultz Alcaraz fue edil de Chínipas, en las investigaciones y expediente de la Fiscalía General del Estado se indica que pidió que la periodista fuera contactada por la oficina de Comunicación del PAN para que revelara fuentes de trabajos periodísticos, debido a que grupos criminales de la región querían la información
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Schultz, junto con el ex vocero panista Alfredo Piñera y el ex secretario del partido, José Luévano, realizó espionaje telefónico y grabó una conversación con Miroslava Breach que entregó al grupo criminal Los Salazar, brazo armado en la región del cártel de Sinaloa, lo que desencadenó la muerte de la corresponsal de La Jornada.